Científicos de la USC Desarrollan Material Que SE Desintegra en El Mar Sin Dejar Microplásticos
Un equipo de investigadores de la Universidad del Sur de California (USC) ha desarrollado un innovador plástico biodegradable que podría transformar la lucha contra la contaminación marina. A partir del uso de carbonato de calcio, un mineral presente en las conchas de mar, y un polímero biodegradable aprobado por la FDA, los científicos crearon un material que se degrada de forma segura en el agua salada sin dejar residuos tóxicos.
La profesora Eun Ji Chung, líder del proyecto en la USC Viterbi School of Engineering, explicó que la motivación principal surgió tras observar el aumento de desechos plásticos como cubrebocas y guantes durante la pandemia de COVID-19. Estos residuos, típicamente de un solo uso, incrementaron notablemente la cantidad de basura marina. Con ese antecedente, su equipo buscó desarrollar una alternativa plástica que conservara propiedades como flexibilidad y resistencia, pero sin los efectos devastadores sobre el ecosistema.
El resultado fue el material POC-CC, una combinación de carbonato de calcio y un polímero llamado octanodiol-citrato (POC), que ofrece una solución biodegradable sin liberar microplásticos ni alterar el pH del agua. Este hallazgo representa una posibilidad real de sustituir plásticos contaminantes en productos comunes como anillos sujetadores de latas y sorbetes desechables.
Pruebas en Laboratorio Y Potencial Ambiental
Para validar su efectividad, el equipo de la USC realizó pruebas durante seis meses en condiciones simuladas de agua marina. En los ensayos, el nuevo material demostró degradarse de forma progresiva según la concentración de carbonato de calcio y, lo más importante, sin dañar el entorno. El pH del agua permaneció estable y no se observaron efectos negativos en organismos marinos.
Incluso se incubaron algas verdes (Scenedesmus sp.) en contacto con el material para evaluar su biocompatibilidad, y se observó una alta viabilidad celular. Esto sugiere que el POC-CC no solo es biodegradable, sino también seguro para la vida marina, a diferencia de los plásticos convencionales que amenazan a miles de especies cada año.
El equipo prevé que este nuevo plástico se utilice en la fabricación de productos como sorbetes más resistentes que los de papel o bambú, y más seguros que los reutilizables de metal. Además, se están explorando aplicaciones en empaques, envoltorios y otros artículos de uso cotidiano que suelen terminar contaminando los océanos.
Una Solución Viable Frente Al Problema Global Del Plástico
Según datos de la UNESCO, el 80% de la contaminación en los océanos proviene del plástico, el cual se fragmenta en microplásticos que ingresan a la cadena alimentaria y afectan tanto a la fauna como a la salud humana. Cada año, millones de toneladas de estos residuos llegan a los mares y pueden permanecer allí durante siglos, generando islas de basura flotante y alterando los ecosistemas.
El desarrollo del POC-CC se presenta como una alternativa concreta para revertir esa tendencia. Su capacidad para descomponerse sin dejar rastros contaminantes lo convierte en un candidato ideal para sustituir plásticos de un solo uso, especialmente aquellos que terminan en cuerpos de agua. La investigación fue respaldada por el USC Sea Grant, una asociación entre entidades federales, estatales y universitarias que busca soluciones sostenibles para zonas costeras urbanas.
Hacia Un Futuro Más Limpio Y Sustentable
Si bien los resultados actuales son alentadores, la profesora Chung señaló que el trabajo continúa. Uno de los principales retos es mejorar aún más la velocidad de degradación del material sin comprometer su durabilidad para aplicaciones industriales. La meta es crear un plástico que no solo sea funcional y resistente, sino que también desaparezca rápidamente en entornos marinos.
Este descubrimiento abre nuevas posibilidades para enfrentar uno de los problemas ambientales más urgentes del siglo XXI. Al ofrecer un sustituto ecológico al plástico convencional, el POC-CC representa una esperanza real en la lucha por preservar la vida marina y avanzar hacia un modelo de consumo más responsable.