Disminuye la llegada de viajeros extranjeros
El turismo internacional hacia México atraviesa un momento complicado. Durante el primer semestre del año, la llegada de visitantes por vía aérea mostró una reducción que refleja la menor demanda de los mercados más relevantes, especialmente Estados Unidos y Colombia. Esta tendencia afectó de manera particular a Cancún, uno de los destinos más reconocidos a nivel mundial, que perdió cientos de miles de pasajeros en este periodo.
Los factores que explican este retroceso van desde percepciones de inseguridad y alertas de viaje hasta un aumento en los costos de servicios frente a otros destinos del Caribe como Punta Cana. En el caso de los turistas colombianos, las revisiones migratorias más estrictas y experiencias poco favorables en aeropuertos mexicanos han deteriorado la imagen del destino, reduciendo de manera significativa su afluencia.
Impacto en aeropuertos y aerolíneas
Los principales grupos aeroportuarios del país han reportado caídas en su tráfico internacional. La llegada de pasajeros desde Estados Unidos bajó más de 5 por ciento, la de Europa cerca de 5 por ciento, y la de Sudamérica y Canadá también registraron retrocesos. Este panorama confirma la desaceleración generalizada de la conectividad aérea internacional hacia México.
Las aerolíneas, por su parte, se enfrentan a un escenario complejo. A pesar de la recuperación de aeronaves tras problemas técnicos con motores de fabricantes internacionales, la menor demanda internacional ha obligado a ajustar plantillas de trabajo y operaciones. Se han implementado medidas como descansos obligatorios y reducciones de personal para equilibrar la capacidad instalada con la demanda real.
La ocupación promedio de los vuelos nacionales e internacionales se encuentra en uno de sus niveles más bajos, lo que refleja el reto de llenar asientos en un contexto de sobreoferta de aeronaves y menor interés en los viajes internacionales.
El turismo nacional compensa la caída
Frente a la baja de visitantes extranjeros, el turismo interno se ha convertido en el motor de la industria. La demanda de pasajeros nacionales mostró un crecimiento cercano al 10 por ciento en los aeropuertos del país durante la primera mitad del año, cifra que contrasta con el descenso en el tráfico internacional.
Este dinamismo se explica por varios factores: la ampliación de la oferta de vuelos de aerolíneas como Viva Aerobus y Volaris, la recuperación de aeronaves que estuvieron fuera de operación, y la apertura de nuevas instalaciones aeroportuarias con mayor capacidad. Incluso, el aumento en la frecuencia de operaciones en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ha permitido proyectar un crecimiento adicional de pasajeros en la red doméstica.
Las aerolíneas han encontrado en el mercado local una vía de recuperación para compensar las pérdidas del segmento internacional. La fortaleza de la clase media mexicana, el poder adquisitivo de los viajeros domésticos y la diversidad de destinos internos fortalecen la expectativa de que esta tendencia se mantenga hacia el cierre del año.
Perspectivas y desafíos hacia adelante
Si bien el turismo nacional se ha consolidado como un salvavidas para la industria, los retos no desaparecen. El sector enfrenta la presión de equilibrar más aviones en operación con menos tripulaciones disponibles, lo que obliga a las compañías a optimizar recursos. Además, la disminución de visitantes estadounidenses, de quienes depende casi el 60 por ciento de la demanda extranjera, plantea un riesgo a mediano plazo.
Los efectos de políticas migratorias más estrictas en Estados Unidos también podrían impactar el tráfico de visitantes de origen mexicano que viajan desde ese país. Ante este panorama, la estrategia de las aerolíneas y aeropuertos se centra en reforzar su oferta nacional, mientras esperan señales de recuperación en el flujo internacional.
Con la mirada puesta en eventos globales como el próximo mundial de fútbol, las empresas del sector buscan ajustar sus operaciones para garantizar la disponibilidad de aeronaves y personal suficiente. El reto será capitalizar la fortaleza del turismo interno sin perder de vista la necesidad de recuperar la confianza y el interés de los viajeros extranjeros que históricamente han sostenido gran parte del mercado.