Una Maravilla Natural en El Corazón de Venezuela
Con una caída libre de 979 metros, el Salto Ángel es la cascada más alta del planeta y una de las joyas naturales más imponentes de Sudamérica. Se encuentra en el Parque Nacional Canaima, en el sureste de Venezuela, y su acceso limitado ha permitido preservar un entorno casi intacto. Esta maravilla no solo atrae por su magnitud, sino también por la historia sagrada que conserva el pueblo pemón y por el debate actual sobre su nombre legítimo.
La cascada se forma en el Auyantepui, una meseta de roca arenisca que capta las lluvias y alimenta el salto. A medida que el agua se precipita desde esta gran altura, se evapora parcialmente, generando una neblina constante que rodea su base y crea un ambiente etéreo. Según destaca National Geographic, la experiencia de observar esta caída de agua es tan visualmente sobrecogedora como espiritualmente significativa.
Jimmy Angel Y El Origen de Una Controversia
El nombre “Salto Ángel” se remonta a los años treinta, cuando el piloto estadounidense Jimmy Angel sobrevoló la región en busca de yacimientos de oro. Al avistar la cascada, intentó aterrizar su avioneta sobre el Auyantepui, pero el aparato se estrelló. Aunque Angel y su tripulación sobrevivieron, debieron caminar durante once días por la selva para regresar a la civilización. Su odisea capturó la atención internacional y el sitio fue nombrado en su honor, desplazando el nombre indígena original.
Sin embargo, para el pueblo pemón, guardianes ancestrales del territorio, la cascada siempre se ha llamado Kerepakupai Merú, que en su lengua significa “salto del lugar más profundo”. Este nombre encierra una dimensión sagrada que ha sido transmitida de generación en generación como parte esencial de su identidad y relación espiritual con la naturaleza.
Patrimonio Natural Y Símbolo Cultural
Ubicado en el Parque Nacional Canaima —reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO— el Salto Ángel forma parte de una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta. Su difícil acceso ha permitido proteger especies endémicas y paisajes prístinos que asombran tanto a científicos como a viajeros.
Este ícono natural ha trascendido las fronteras venezolanas, apareciendo en documentales, revistas internacionales y películas, entre ellas la famosa cinta animada Up de Pixar, donde el salto sirvió de inspiración para las ficticias “Cataratas Paraíso”. Estas representaciones han alimentado el imaginario colectivo mundial y han reforzado la importancia de conservar este entorno único frente a las amenazas del turismo descontrolado y la explotación del territorio.
Kerepakupai Merú: Identidad Y Justicia Cultural
En los últimos años, se ha intensificado la reivindicación del nombre original pemón. Organizaciones indígenas y sectores académicos abogan por el uso oficial de Kerepakupai Merú como un acto de justicia cultural y ecológica. Reconocer este nombre es también reconocer la memoria, el conocimiento ancestral y el papel fundamental de los pueblos originarios en la defensa del ambiente.
National Geographic subraya que más allá de su impresionante altura, el Salto Ángel representa una historia de resistencia, espiritualidad y conexión con la tierra. Su verdadero valor no solo radica en la geografía, sino en el significado profundo que tiene para las comunidades que lo han habitado y protegido durante siglos.
Hoy, Kerepakupai Merú se erige como un símbolo de identidad indígena y de conciencia ambiental, recordando que preservar su nombre es también preservar su esencia.