A casi una década de la desaparición de 43 estudiantes normalistas en Ayotzinapa, la lucha por la justicia continúa inquebrantable. Familiares de los jóvenes, con un dolor aún fresco, marcharon recientemente a la Basílica de Guadalupe en una emotiva manifestación para exigir verdad y justicia. Este acto no solo refleja la perseverancia en la búsqueda de respuestas sino también un llamado directo al presidente Andrés Manuel López Obrador para que cumpla con sus promesas de esclarecer el caso.
Durante la 111ª Acción Global por Ayotzinapa, las madres y padres de los 43 normalistas, apoyados por la comunidad, recorrieron las calles desde la Glorieta de Peralvillo hasta la Basílica de Guadalupe. El evento, cargado de simbolismo y dolor, contó con el apoyo del Monseñor Raúl Vera, quien ofreció una misa en memoria de los jóvenes y alentó a los presentes a ser valientes en su lucha por un México diferente. Sin embargo, la marcha no solo fue un acto de memoria, sino también de denuncia. Los familiares criticaron la falta de acción del gobierno federal y su reluctancia a obtener información clave del Ejército sobre los sucesos de aquella fatídica noche en Iguala, Guerrero.
Además, expresaron su decepción con el presidente López Obrador, acusándolo de no brindar el apoyo prometido y de criticar al Centro Prodh, una organización que ha acompañado el caso. Los familiares resaltaron su compromiso inquebrantable con la lucha, rechazando cualquier silencio y optando por una vida de activismo. En un giro hacia la esperanza, instaron al gobierno a reintegrar al GIEI, cuyos esfuerzos han demostrado ser más efectivos que los de las instituciones federales.
El caso Ayotzinapa sigue siendo un símbolo potente de la lucha por los derechos humanos y la justicia en México. La perseverancia de los familiares y su llamado incansable a la acción no solo mantienen viva la memoria de los 43 normalistas, sino que también desafían al gobierno y a la sociedad a confrontar las verdades incómodas y buscar una resolución justa. El tiempo ha pasado, pero la demanda de justicia sigue siendo tan urgente como siempre.