En un giro reciente y controvertido en las relaciones internacionales de América del Sur, los venezolanos han votado con un margen amplio a favor de la toma de una región rica en petróleo perteneciente a la vecina Guyana. Esta votación marca un nuevo capítulo en el prolongado conflicto territorial entre Venezuela y Guyana, intensificado por el reciente descubrimiento de vastos recursos energéticos en alta mar. La región en disputa, la densamente forestada Essequibo, representa aproximadamente dos tercios del territorio nacional de Guyana, con un tamaño comparable al estado de Florida.
El referéndum del domingo, considerado ampliamente simbólico, preguntaba a los votantes si estaban de acuerdo con la creación de un estado venezolano en la región Essequibo, otorgando la ciudadanía venezolana a su población e “incorporando ese estado en el mapa del territorio venezolano”. Según el Consejo Nacional Electoral de Venezuela, en una conferencia de prensa anunciando resultados preliminares, los votantes eligieron el “sí” en más del 95% en cada una de las cinco preguntas en la boleta. Sin embargo, no está claro qué medidas tomará el gobierno venezolano para hacer valer su reclamación.
Venezuela ha reclamado históricamente la tierra, argumentando que estaba dentro de sus fronteras durante el período colonial español. Rechaza un fallo de 1899 por árbitros internacionales que estableció los límites actuales cuando Guyana aún era una colonia británica. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha enmarcado el referéndum en un sentimiento antiimperialista en las redes sociales.
Por su parte, Guyana ha calificado el movimiento como un paso hacia la anexión y una “amenaza existencial”. La semana pasada, el presidente guyanés Irfaan Ali visitó tropas en Essequibo y dramáticamente izó una bandera guyanesa en una montaña con vista a la frontera con Venezuela.
La Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, dictaminó antes de la votación que “Venezuela debe abstenerse de tomar cualquier acción que modificaría la situación que prevalece actualmente en el territorio en disputa”. Planea celebrar un juicio en la primavera sobre el tema, después de años de revisión y décadas de negociaciones fallidas. Sin embargo, Venezuela no reconoce la jurisdicción de la corte en el asunto.
La aprobación del referéndum en Venezuela es un paso significativo en una disputa territorial de larga data, pero su impacto práctico sigue siendo incierto. Mientras el gobierno venezolano evalúa sus próximos pasos, la comunidad internacional y Guyana se mantienen atentos, temerosos de las posibles repercusiones. Este conflicto no solo plantea cuestiones sobre la soberanía y los derechos territoriales, sino que también refleja las tensiones políticas y económicas que prevalecen en la región. La situación en Essequibo permanece en un delicado equilibrio, con el mundo observando de cerca el desarrollo de los eventos y esperando una resolución pacífica y justa.