En un mundo cada vez más interconectado, la eficiencia en el transporte de mercancías se ha convertido en una cuestión crucial. México, reconocido por su histórico tren “El Chepe”, ha dado un paso significativo en este ámbito con la inauguración del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Este proyecto no solo busca reactivar una ruta olvidada sino que, ante la crisis del Canal de Panamá por la escasez de agua, se plantea como una alternativa viable en la escena del comercio marítimo mundial. Con el presidente Andrés Manuel López Obrador a la vanguardia, México se posiciona en el tablero global de logística con una propuesta que promete impactar significativamente el comercio entre Asia y América.
La historia del Corredor Interoceánico se remonta a principios del siglo XX, cuando fue eclipsado por la apertura del Canal de Panamá. Hoy, López Obrador revitaliza esta ruta, anticipando su relevancia en un contexto de saturación panameña: “Panamá ya está saturado, (…) Se trata de que haya otras opciones”, afirma. Ricaute Vásquez, administrador del Canal de Panamá, reconoce la potencial amenaza que representa este proyecto mexicano.
Expertos como Felipe Argote y Benjamín Alemán evalúan la situación con cautela. Argote destaca la alta demanda en el Canal de Panamá, sugiriendo que México podría aliviar esa carga sin ser una amenaza directa. Alemán, por otro lado, señala las limitaciones actuales del corredor mexicano en términos de infraestructura. Luis Antonio Andrade, de la Universidad La Salle, enfatiza la necesidad de México de ofrecer tarifas competitivas para ser atractivo en el mercado.
El Corredor Interoceánico de México no solo se presenta como una ruta alternativa para el transporte de mercancías, sino también como un motor de desarrollo regional, con la promesa de atraer inversión y generar empleo en una de las áreas más desfavorecidas del país. Más que un competidor directo del Canal de Panamá, este proyecto representa una oportunidad de complementariedad y diversificación en las rutas comerciales interoceánicas, potenciando la infraestructura y economía mexicana en el escenario global.