En el foco de la actualidad internacional se sitúa la creciente disputa territorial entre Venezuela y Guyana por la región del Esequibo. Esta controversia, que se remonta al siglo XIX, ha escalado recientemente con movimientos significativos por parte del Gobierno de Nicolás Maduro. La convocatoria a un referendo en Venezuela para decidir sobre la anexión del Esequibo y la creación de un nuevo estado, “Guayana Esequiba”, han intensificado las tensiones. Mientras tanto, Guyana, respaldada por el apoyo de Estados Unidos, se mantiene firme en su rechazo a estas acciones y busca la intervención de la Corte Internacional de Justicia.
El territorio del Esequibo, con sus 160,000 km² y una población de aproximadamente 125,000 habitantes, es un área rica en recursos naturales y biodiversidad. Este territorio, controlado por Guyana desde su independencia en 1966, es ahora objeto de una intensa disputa diplomática y legal.
El referendo venezolano, realizado el 3 de diciembre, ha marcado un punto de inflexión en la disputa. Nicolás Maduro declaró los resultados como un “mandato irrevocable” para su gobierno, mientras que Guyana, a través de su Ministro de Relaciones Exteriores, Hugh Hilton Todd, expresó su profunda preocupación y reafirmó su intención de buscar una solución a través de la Corte Internacional de Justicia.
Estados Unidos, mediante su Secretario de Estado Antony Blinken, ha reafirmado su apoyo a la soberanía de Guyana, añadiendo una dimensión internacional a la disputa. Por su parte, la Asamblea Nacional de Venezuela, liderada por Jorge Rodríguez, avanza en el proyecto de ley para la creación del estado de Guayana Esequiba, un movimiento que ha sido calificado por Guyana y sus aliados como una violación directa de la orden de la Corte Internacional de Justicia.
La disputa por el Esequibo no solo plantea cuestiones sobre la soberanía territorial y la autodeterminación, sino que también subraya la importancia de las relaciones internacionales y el derecho internacional en la resolución de conflictos. Mientras Venezuela avanza en su agenda, y Guyana refuerza su posición en el escenario internacional, la comunidad mundial observa atentamente, esperando una resolución pacífica y justa para ambas naciones.