En las últimas décadas, la sequía ha emergido como uno de los desafíos más críticos para Latinoamérica. Desde el año 2000, los períodos de sequía han aumentado un 29%, y de no cambiar esta tendencia, se proyecta que afectará a más de tres cuartas partes de la población mundial para el 2050. Países como Chile, Brasil y México enfrentan sequías prolongadas, mientras que Ecuador y Colombia sufren períodos de sequía influenciados principalmente por fenómenos climáticos como El Niño.
Durante el año 2023, América Latina vivió graves sequías debido a la reducción en las precipitaciones, temperaturas superiores a la media y recurrentes olas de calor. Esta situación ha persistido en varios países durante los primeros seis meses de 2024. Según el informe “Estado del clima en América Latina y El Caribe 2023” de la Organización Meteorológica Mundial, casi todo México, el centro de Chile, el Altiplano, la Amazonía, los Andes y buena parte de Centroamérica han sido severamente afectados. Además, países como Cuba, República Dominicana y Haití padecieron eventos de escasez hídrica más moderados.
La situación es particularmente grave en Chile, donde se registra una “mega sequía” que lleva casi diez años afectando la parte central del país. En abril de 2024, el área afectada por la escasez hídrica en Chile alcanzaba un 27.3%. Un informe del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia CR2 de la Universidad de Chile advierte que el país está cerca del “día cero”, el momento en que no habrá agua disponible para cubrir la demanda de suministro. Este preocupante escenario se debe, en gran parte, al cambio climático y la disminución de precipitaciones.
En México, alrededor del 70% del territorio presenta climas áridos y semiáridos. Desde el siglo XIX, el país ha convivido permanentemente con sequías. En mayo de 2024, el Monitor de Sequía de México informó que 2,105 municipios presentan algún grado de escasez hídrica, de los cuales 220 tienen una sequía excepcional. La situación se ha agravado por olas de calor y condiciones anticiclónicas que han exacerbado las sequías en el noreste, centro y occidente del país.
El fenómeno de El Niño también ha tenido un impacto significativo en Ecuador y Colombia. En Ecuador, la sequía iniciada en marzo de 2024 provocó recortes en el suministro eléctrico y apagones de hasta 13 horas. En Colombia, durante el primer trimestre de 2024, 277 municipios y 24 departamentos enfrentaron desabastecimiento de agua.
Bolivia también ha sufrido los efectos de la sequía. En el último trimestre de 2023, 105 municipios de siete departamentos fueron declarados en desastre municipal debido a la falta de agua. En 2024, se han registrado temperaturas elevadas que superaron los máximos históricos, exacerbando la escasez hídrica en varias regiones del país.
Para combatir la sequía, se han propuesto varias soluciones. La reforestación con especies nativas es una medida esencial para mantener la humedad del suelo y generar el ciclo de lluvias. Sin embargo, los esfuerzos de reforestación en Latinoamérica son a menudo a pequeña escala y las políticas de Estado son débiles.
La modificación de leyes para asegurar el derecho humano al agua es otra medida crucial. En México, se está impulsando un cambio en la legislación para incorporar este derecho y modificar la actual ley que considera el agua como una mercancía. Esto podría mejorar el acceso al agua para las comunidades más vulnerables.
Latinoamérica enfrenta un desafío monumental con la sequía. A pesar de los esfuerzos locales y algunas iniciativas prometedoras, se necesita una acción coordinada y sostenida a nivel regional para mitigar los impactos de este fenómeno y garantizar un futuro sostenible para todos.