Un reciente estudio llevado a cabo por una coalición de organizaciones internacionales ha revelado una preocupante disminución del 81 % en las poblaciones de peces migratorios de agua dulce desde 1970. Esta investigación, encabezada por la World Fish Migration Foundation, la Zoological Society of London (ZSL), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), The Nature Conservancy (TNC), Wetlands International Europe y la WWF, ha sido publicada coincidiendo con el Día Mundial de la Migración de Peces.
El informe detalla que este descenso ha sido especialmente pronunciado en Europa, con una caída del 75 %, y en América Latina y el Caribe, donde la reducción ha alcanzado el 91 %. Estos alarmantes números no solo representan una amenaza para la biodiversidad, sino que también ponen en peligro la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de millones de personas, sobre todo en comunidades vulnerables de América Latina, África y Asia.
Las principales causas de este declive incluyen la pérdida y degradación del hábitat, la sobreexplotación, la contaminación y el cambio climático. La fragmentación de los ríos por presas y otras barreras, así como la conversión de humedales para la agricultura, han contribuido significativamente a esta crisis. Además, el aumento de la contaminación y los efectos del cambio climático han exacerbado aún más la situación.
Herman Wanningen, fundador de la Fundación Mundial para la Migración de los Peces, ha destacado la importancia de actuar con urgencia para salvar estas especies y sus hábitats. Los peces migratorios desempeñan un papel fundamental en las culturas de muchos pueblos indígenas y proporcionan alimento a millones de personas en todo el mundo. Además, sostienen una vasta red de especies y ecosistemas, lo que resalta la necesidad apremiante de protegerlos.
A pesar de la sombría situación, el informe también ofrece un rayo de esperanza al señalar que casi un tercio de las especies estudiadas han experimentado un aumento en sus poblaciones. Esto se debe a medidas de conservación y gestión mejorada, como la eliminación de presas, la restauración de hábitats y la protección jurídica.
En Europa, la eliminación de presas, diques y otras barreras fluviales ha ido en aumento en las últimas décadas. En 2023, se registraron 487 barreras, lo que representa un aumento del 50 % en comparación con el año anterior. Esta tendencia positiva también se ha observado en Estados Unidos, donde se han tomado medidas similares para reconectar los ríos y mejorar la movilidad de los peces.
Chris Baker, director de Wetlands International Europe, ha enfatizado la importancia de que los gobiernos europeos se comprometan y apliquen medidas para acelerar la recuperación de los ríos y peces migratorios. Esto incluye la implementación de la ley de Restauración de la Naturaleza y la inversión en alternativas renovables sostenibles a las presas hidroeléctricas.
Además, los investigadores han instado a invertir en la restauración de hábitats de agua dulce y a poner en marcha medidas que contribuyan a los objetivos del Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal. Restaurar 300.000 kilómetros de ríos degradados se ha identificado como una medida crucial para revertir la tendencia de declive en las poblaciones de peces migratorios.
Este estudio destaca la urgente necesidad de tomar medidas para proteger a las poblaciones de peces migratorios y garantizar la salud de los ecosistemas de agua dulce en todo el mundo. Sin una acción rápida y concertada, el futuro de estas especies y de millones de personas que dependen de ellas está en grave peligro.