El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rehusó comprometerse sobre una acción militar para apoyar los bombardeos israelíes contra Irán, aun cuando aseguró que Teherán buscó abrir un canal de negociación con Washington. “Puede que lo haga, puede que no. Nadie sabe lo que voy a hacer”, declaró ante la prensa en la Casa Blanca, tras advertir que su “paciencia se ha agotado” y exigir la “rendición incondicional” de la república islámica. Las frases del mandatario amplían la tensión en Oriente Medio y generan inquietud entre aliados europeos, mercados energéticos y legisladores estadounidenses.
Antecedentes Del Conflicto
Los ataques israelíes iniciaron el viernes anterior con el objetivo declarado de impedir que Irán obtenga un arma nuclear; Teherán insiste en que su programa tiene fines civiles. La ofensiva reavivó viejas tensiones tras años de sanciones, sabotajes y ciberataques ligados al controvertido enriquecimiento de uranio. En ese contexto, la Administración Trump,que abandonó el acuerdo nuclear de 2015, ha respaldado diplomáticamente a Israel y endurecido la presión económica sobre Irán, pero hasta ahora no ha intervenido de forma directa.
La posible participación militar estadounidense, ya sea con misiles de largo alcance o apoyo logístico, añade un riesgo de escalada regional que preocupa a la Unión Europea, la OTAN y productores de crudo del Golfo Pérsico. El Brent superó brevemente los 93 US-dólares por barril antes de moderar su precio, mientras que el peso mexicano y otras monedas emergentes operaron con volatilidad ante la perspectiva de nuevos choques geopolíticos.
Posturas Y Reacciones
Durante una ceremonia de izado de bandera, Trump reveló que funcionarios iraníes habrían propuesto viajar a la Casa Blanca para discutir su programa atómico y detener la campaña aérea israelí. Sin embargo, el mandatario sostuvo que “es muy tarde” para dialogar, aunque matizó que “nada es demasiado tarde” si Teherán muestra buena fe. Sus palabras contrastan con la negativa del líder supremo iraní, Alí Jameneí, a ceder ante lo que calificó de “intimidación”, y con la advertencia de que Irán responderá con “fuerza proporcional” a cualquier bombardeo adicional.
En Washington, los líderes republicanos en el Senado respaldaron la estrategia de “presión máxima”, mientras que demócratas clave reclamaron consultar al Congreso antes de autorizar una operación ofensiva. “El artículo I de la Constitución nos otorga la facultad de declarar la guerra; el presidente debe venir al Capitolio”, señaló el senador Chris Murphy. Al otro lado del Atlántico, el presidente francés Emmanuel Macron urgió a “evitar pasos irreversibles” y propuso reactivar el mecanismo INSTEX para transacciones humanitarias con Irán, a fin de abrir un espacio de diálogo.
Impacto Y Escenarios
Expertos del Council on Foreign Relations advierten que un bombardeo norteamericano complicaría los esfuerzos globales de no proliferación y podría desencadenar represalias de milicias aliadas de Irán en Líbano, Irak o el mar Rojo, amenazando el transporte de crudo. El Pentágono ha actualizado planes de contingencia para proteger bases en Catar, Bahréin y Kuwait, mientras que la Quinta Flota intensificó patrullajes en el estrecho de Ormuz.
Tres escenarios concentran la atención de analistas y diplomáticos:
- Disuasión prolongada. Washington mantiene la ambigüedad estratégica para contener a Irán sin disparar un conflicto directo, reforzando sanciones financieras y ciberoperaciones clandestinas.
- Intervención limitada. Estados Unidos participa en ataques selectivos contra instalaciones nucleares iraníes, coordinados con Israel, con la esperanza de retrasar el programa atómico sin ocupar territorio ni prolongar una guerra convencional.
- Mesa de negociación acelerada. Teherán acepta inspecciones adicionales y un tope a su enriquecimiento de uranio a cambio de levantar parte de las sanciones, impulsado por la amenaza creíble de fuerza militar y la presión económica interna.
En lo doméstico, la incertidumbre coincide con un año pre-electoral. Asesores de campaña valoran que una postura de firmeza puede reforzar la imagen presidencial entre los votantes conservadores, aunque un conflicto abierto implicaría costos humanos y presupuestarios que podrían erosionar el apoyo entre independientes. Por ahora, la Casa Blanca mantiene la “opción militar” sobre la mesa, mientras los actores regionales recalcan alianzas y la comunidad internacional acelera esfuerzos diplomáticos para evitar que la situación se torne irreversible.