En el corazón de Estados Unidos, un enfrentamiento entre el gobierno de Texas y el federal pone en juego el destino de miles de migrantes indocumentados. La controversia gira en torno a la SB4, una de las leyes migratorias más severas adoptadas recientemente por cualquier estado estadounidense. La Corte Suprema de EE.UU., en una decisión que ha polarizado opiniones, autorizó temporalmente a Texas a detener, encarcelar y deportar a migrantes indocumentados, desafiando la percepción tradicional del balance de poder entre el gobierno federal y los estados en materia de inmigración.
Este martes, un giro inesperado ocurrió cuando la Corte de Apelaciones del 5º Circuito, por una votación de 2-1, suspendió la aplicación de la ley, dejando el debate abierto a la espera de más argumentos. En juego no solo está la legalidad de la SB4, sino también cuestiones más amplias sobre los derechos humanos, las relaciones exteriores y el balance de poder en EE.UU. El gobierno de Joe Biden sostiene que la ley infringe la Constitución al usurpar la autoridad federal sobre la inmigración, una postura respaldada por la fuerte oposición de México a las repatriaciones unilaterales por parte de Texas.
Greg Abbott, gobernador de Texas, defiende la ley como necesaria ante lo que describe como la “inacción deliberada” del gobierno de Biden en cuestiones migratorias. Sin embargo, críticos como la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) y las juezas progresistas de la Corte Suprema advierten sobre las consecuencias humanitarias y legales de la SB4, que va desde fomentar la discriminación hasta perturbar las relaciones exteriores y la aplicación de la ley federal.
La batalla legal que se desarrolla es más que una disputa sobre una ley; es un reflejo de las tensiones crecientes en EE.UU. sobre la inmigración. Con argumentos orales programados y una decisión pendiente que podría influir en la política migratoria estadounidense en los años venideros, la SB4 está en el centro de un debate nacional sobre quién tiene el derecho, y la responsabilidad, de gestionar las fronteras de una nación.