Acuerdo Estratégico
El gobierno de Panamá firmó esta semana un memorando con Estados Unidos que permitirá aumentar la presencia de tropas estadounidenses en territorio panameño. Este acuerdo, firmado por el ministro de Seguridad Pública panameño, Frank Alexis Abrego, y el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, contempla el uso compartido de diversas instalaciones militares en Panamá durante los próximos tres años.
La medida responde a los objetivos estratégicos del gobierno de Donald Trump, quien desde que regresó a la Casa Blanca ha enfatizado la importancia de recuperar una mayor influencia sobre el Canal de Panamá, construido originalmente por EE.UU. y transferido al país centroamericano en 1999. Trump argumenta que China ha ganado demasiada influencia en la región, comprometiendo intereses estadounidenses vitales, especialmente considerando que el canal gestiona aproximadamente el 40% del tráfico de contenedores estadounidenses y el 5% del comercio global.
Detalles del Memorando
El memorando de entendimiento establece 22 puntos clave para la cooperación militar. Entre los aspectos más importantes figura la autorización para que tropas y contratistas estadounidenses utilicen bases como Rodman, Howard y Sherman, que fueron originalmente construidas por EE.UU. durante su administración del canal, aunque ahora seguirán siendo administradas por Panamá.
Las actividades permitidas incluyen entrenamientos, ejercicios conjuntos, operaciones humanitarias, almacenamiento e instalación de equipamiento estadounidense, así como otras operaciones consensuadas por ambas partes. A pesar de estos amplios permisos, el memorando descarta explícitamente la construcción de nuevas bases permanentes estadounidenses, lo que podría generar resistencia política y legal en Panamá.
Reacción Oficial y Soberanía
Luego de declaraciones polémicas por parte del secretario Hegseth, quien señaló que EE.UU. está “recuperando el Canal” y reduciendo la influencia china, la cancillería panameña emitió un comunicado aclarando que el acuerdo no compromete la soberanía del país. El canciller Javier Martínez-Acha subrayó que la presencia militar estadounidense será estrictamente “temporal” y vinculada exclusivamente a fines defensivos frente a amenazas tangibles.
En paralelo, surgió un punto de controversia respecto a una declaración conjunta sobre los peajes de buques militares estadounidenses en el Canal de Panamá. El documento propone buscar un esquema “costo neutral” para el tránsito de embarcaciones militares estadounidenses, lo que generó críticas internas por posibles privilegios especiales. Panamá también exigió a EE.UU. incluir explícitamente el reconocimiento de la soberanía panameña sobre el canal en la versión en inglés del documento, tras detectar una omisión en dicha versión.
Contexto Económico y Político
El contexto económico también juega un papel significativo en esta cooperación militar. Panamá ha acusado recientemente a la firma Panama Ports Company, filial del conglomerado CK Hutchison, de incumplimientos contractuales, lo que desembocó en su venta a un consorcio liderado por la empresa estadounidense BlackRock. Esta operación, valorada en 19 mil millones de dólares, también enfrenta escrutinio antimonopolio por parte de Pekín, destacando el complejo tablero geopolítico que rodea la influencia sobre el Canal de Panamá.
Este acuerdo refleja claramente la estrategia del gobierno de Trump de fortalecer su presencia e influencia en Latinoamérica, particularmente en Panamá, que históricamente ha sido un punto estratégico clave para los intereses estadounidenses.