Catorce años después de su inicio, la guerra en Siria sigue siendo un conflicto complejo e intratable. Recientemente, la ofensiva liderada por Hayat Tahrir al Sham (HTS) devolvió a los rebeldes el control de Alepo, forzando al régimen de Bashar al Assad a retirarse y provocando nuevos ataques aéreos rusos, los primeros desde 2016. ¿Por qué es tan difícil poner fin a esta guerra? Aquí te presentamos cinco razones fundamentales.
1. Intereses Internacionales en Conflicto
Siria se ha convertido en un campo de batalla para las potencias globales. Mientras Rusia e Irán sostienen al régimen de Assad, Estados Unidos, Turquía y Arabia Saudita apoyan a diferentes facciones rebeldes. Además, la presencia de grupos yihadistas como Estado Islámico y al Qaeda complicó aún más la situación. Según Simon Frankel Pratt, de la Universidad de Melbourne, “el régimen de Assad dependió en gran medida de apoyos extranjeros, pero la guerra en Ucrania y el debilitamiento de Hezbolá han dejado solo al régimen, creando una oportunidad para que HTS lance su ofensiva”. Este juego de intereses cruzados perpetúa el conflicto y dificulta su resolución.
2. Colapso Económico Y Crisis Humanitaria
La guerra ha devastado la economía siria y ha desplazado a más de 12 millones de personas. Emmanuel Isch, de la ONG World Vision Syria, señala: “Nuestra preocupación es que ya hay dos millones de personas en el noroeste de Siria viviendo en campos de refugiados, y no hay recursos para absorber a más desplazados”. La destrucción de infraestructuras y la inseguridad alimentaria severa empeoran las condiciones de vida, mientras que catástrofes como el terremoto de 2023 agravaron la crisis humanitaria.
3. Un Régimen Autoritario Que No Cede
El gobierno de Bashar al Assad ha mantenido su poder mediante represión y violaciones de derechos humanos. Según un informe de la ONU, el régimen utilizó ataques químicos y bombardeos contra civiles. Julien Barnes-Dacey, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, afirma que “el autoritarismo late en el corazón de esta guerra. El régimen se ha negado repetidamente a compartir el poder o alcanzar compromisos”. Este enfoque ha prolongado el conflicto y alimentado la disidencia.
4. Una Sociedad Profundamente Dividida
Las tensiones sectarias y las divisiones políticas han fragmentado a Siria. Mientras los kurdos buscan autonomía con apoyo estadounidense, grupos militantes como HTS controlan regiones como Idlib. La lucha entre facciones rebeldes y el gobierno de Assad ilustra un conflicto fragmentado y lleno de intereses divergentes. Como comenta Barnes-Dacey, “estas divisiones hacen que sea casi imposible establecer un frente unido para la paz”.
5. Diplomacia Fallida
Los intentos de mediación internacional, incluyendo las conversaciones lideradas por la ONU, han fracasado debido a la falta de consenso entre las partes involucradas. “El régimen de Assad no quiere ceder el poder, mientras que las facciones rebeldes buscan derrocarlo”, explica Barnes-Dacey. La incertidumbre sobre el futuro de la política estadounidense en Medio Oriente, especialmente tras elecciones como las de Donald Trump, añade un elemento de imprevisibilidad que dificulta aún más las negociaciones.
Un Futuro Incierto Para Siria
La guerra en Siria es un rompecabezas con múltiples piezas: intereses internacionales, crisis humanitaria, autoritarismo, divisiones sociales y diplomacia ineficaz. Sin soluciones claras a la vista, el sufrimiento del pueblo sirio continúa. Como concluye Burcu Ozcelik, del Royal United Services Institute: “El régimen está obsesionado con su supervivencia, y los actores externos priorizan sus propios intereses sobre el bienestar de Siria”.