En un giro inusual para una figura de su estatura, el líder norcoreano Kim Jong Un celebró su cumpleaños 40 el pasado lunes sin el acostumbrado estruendo público. A diferencia de las celebraciones de su padre y abuelo, marcadas por el esplendor y la ceremonia en Corea del Norte, el aniversario de Kim transcurrió sin las acostumbradas expresiones de alegría nacional.
A lo largo de la última década bajo la dirección de Kim, Corea del Norte ha experimentado tanto avances en proyectos de construcción como un aumento en su arsenal nuclear. Sin embargo, estas acciones han atraído sanciones lideradas por Estados Unidos, impactando significativamente la ya vulnerable economía del país. Kim ha reconocido estos desafíos económicos, incumpliendo su promesa de aliviar las dificultades financieras de la nación.
Este año, la agencia estatal de noticias de Corea del Norte resaltó una visita de Kim a una granja de pollos con su hija, pero evitó cualquier mención a su aniversario personal. Esta omisión ha alimentado especulaciones sobre las razones detrás de la falta de celebraciones. Algunos expertos sugieren que Kim podría considerarse aún joven para recibir tal idolatría o que podría necesitar lograr mayores hazañas antes de ser objeto de festividades opulentas.
El contexto familiar de Kim también juega un papel en esta narrativa. Su madre, Ko Yong Hui, nacida en Japón, ha sido una figura controversial debido a su origen y su posición en la familia. La conexión de Kim con Japón, un país que en el pasado colonizó la península coreana, y el hecho de que Ko no fue la primera esposa de Kim Jong Il, podrían considerarse puntos débiles en su linaje dinástico.
En la historia de Corea del Norte, los cumpleaños de Kim Il Sung y Kim Jong Il han sido elevados a celebraciones de estado. Estos días se marcan con tributos a sus estatuas, bailes, fuegos artificiales y actuaciones artísticas. En ocasiones, incluso se organizan desfiles militares en su honor. La designación de sus cumpleaños como festividades oficiales tuvo lugar cuando ambos líderes ya estaban bien establecidos en sus carreras y eran considerablemente mayores.
A pesar de la ausencia de celebraciones públicas, Kim Jong Un no parece enfrentar desafíos significativos a su autoridad. Se espera que continúe intensificando las pruebas de armas de su país, especialmente en el contexto de la próxima elección presidencial en Estados Unidos. En una reciente reunión del partido gobernante, Kim reafirmó su compromiso de expandir el arsenal nuclear de Corea del Norte y de lanzar satélites adicionales para enfrentar lo que él llama una confrontación sin precedentes liderada por Estados Unidos.
El silencio público en torno al cumpleaños de Kim Jong Un marca un contraste notable con la tradición norcoreana de celebrar a sus líderes. Mientras el país continúa navegando por un paisaje político y económico complejo, los ojos del mundo permanecen atentos a los próximos movimientos de este enigmático líder.