En un esfuerzo coordinado, España, Noruega e Irlanda han reconocido oficialmente a Palestina como un estado, marcando un cambio significativo en la diplomacia europea y aumentando la presión sobre Israel para buscar la paz en la región.
La medida, anunciada el martes, tiene como objetivo añadir presión internacional sobre Israel tras su devastadora respuesta a un ataque liderado por Hamas el año pasado. Si bien el reconocimiento lleva peso simbólico, subraya la creciente frustración con el manejo del conflicto por parte de Israel y su impacto en los civiles palestinos.
Israel condenó rápidamente el movimiento diplomático, con el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Israel Katz, acusando a España de complicidad en la incitación al genocidio contra los judíos y crímenes de guerra. Sin embargo, el reconocimiento señala un alejamiento de la postura tradicional de las principales potencias occidentales, con más de 140 países, incluidos España, Noruega e Irlanda, reconociendo ahora a Palestina.
Irlanda demostró su apoyo izando la bandera palestina fuera de Leinster House, sede del parlamento irlandés. Mientras tanto, Noruega citó su defensa de larga data de Palestina como motivo de su reconocimiento, con el ministro de Relaciones Exteriores, Espen Barth Eide, calificándolo como un hito en la relación entre Noruega y Palestina.
La Unión Europea (UE) ha estado tradicionalmente dividida en el tema, con solo un puñado de sus miembros reconociendo oficialmente a Palestina. Sin embargo, la adhesión de tres prominentes países europeos al grupo representa una victoria para los esfuerzos palestinos y podría presionar a las principales potencias de la UE, como Francia y Alemania, a reconsiderar su postura.
Han surgido conversaciones sobre sanciones de la UE contra Israel tras los reconocimientos diplomáticos, reflejando un creciente descontento con los continuos ataques mortales de Israel en Gaza. Si bien Noruega, no siendo miembro de la UE, alinea su política exterior con el bloque, su decisión de reconocer a Palestina subraya aún más la brecha entre Israel y sus aliados europeos.
El reconocimiento llega en medio del conflicto en curso en la región, tras un ataque liderado por Hamas el año pasado que resultó en ataques aéreos israelíes y víctimas palestinas. La declaración formal ha desencadenado una disputa diplomática, con las autoridades israelíes convocando a los embajadores de España, Noruega e Irlanda para expresar su descontento.
Eslovenia también ha indicado su intención de considerar reconocer a Palestina, lo que podría agregar impulso al reconocimiento diplomático. Sin embargo, Estados Unidos y el Reino Unido mantienen su apoyo a un estado palestino independiente mediante acuerdos negociados, alineándose con la postura de Israel.
El primer ministro español, Pedro Sánchez, ha estado buscando activamente apoyo para el reconocimiento palestino, enfatizando el objetivo de lograr la paz tanto para israelíes como para palestinos. Sánchez ha condenado el terrorismo de Hamas mientras expresa solidaridad con la Autoridad Palestina y aboga por una solución de dos estados.
En respuesta al reconocimiento, Irlanda y Noruega han anunciado planes para establecer embajadas en Ramallah, Cisjordania, solidificando aún más su apoyo a Palestina. España, por el momento, mantendrá su consulado en Jerusalén, a pesar de las objeciones de Israel.
Noruega ha expresado su pesar por la falta de compromiso constructivo de Israel y ve el reconocimiento como un medio de apoyar a fuerzas moderadas tanto en Israel como en Palestina. El movimiento refleja un cambio más amplio en la opinión internacional hacia el reconocimiento del estado palestino y la resolución del conflicto de larga data en la región.
A medida que España, Noruega e Irlanda formalizan su reconocimiento de Palestina, el panorama diplomático en el Medio Oriente continúa evolucionando, con implicaciones para la estabilidad regional y la búsqueda de una paz duradera.