La vida de Julián Moreno, un artista circense colombiano, es un testimonio de perseverancia, talento y la capacidad de superar adversidades. Desde su infancia en las calles de Colombia hasta su éxito en los escenarios más prestigiosos del mundo, Julián nunca dejó de soñar. Como él mismo lo afirma: “Siempre creí que podía hacer arte, que tenía la chispa de la magia para poder vivir de esto”. Hoy, es reconocido por su trabajo en compañías como el Cirque du Soleil y busca dejar un legado a través de la formación de futuros artistas en su ciudad natal.
Infancia en Las Calles de Colombia
Julián Moreno nació en San Juan de Pasto, Colombia, en una familia humilde. A los 12 años, abandonó la escuela y se fue de su hogar, enfrentando la indigencia y la precariedad. “Hice la calle como músico, como gamín, como artesano”, recuerda. Durante esta difícil etapa, aprendió a malabarear, inicialmente con botellas y palos de escoba, y a sobrevivir en las calles gracias a la bondad de otros jóvenes. Con el tiempo, descubrió que el arte callejero podía ser su forma de vida.
De Los Semáforos a Las Grandes Arenas
Julián comenzó malabareando en los semáforos, pero su habilidad y dedicación lo llevaron a los escenarios de Bogotá y más tarde a Ecuador, donde conoció a su futura esposa suiza. A los 17 años, se mudó a Suiza para formar una familia y allí descubrió su pasión por el circo como disciplina profesional. En palabras de Julián: “Ese día que entré a esa carpa, mi vida cambió por completo. Dije, eso es lo que quiero hacer”. Entró a una prestigiosa escuela de circo en Europa, donde desarrolló sus habilidades en malabarismo, acrobacia y, su especialidad, como base o portor.
Superando Obstáculos Y Alcanzando la ÉLite
La vida en Europa no fue fácil. Julián tuvo que enfrentarse a nuevas culturas, aprender un idioma y sobrevivir económicamente. A pesar de estas dificultades, logró ser admitido en la Escuela Nacional de París, donde perfeccionó su técnica y encontró su camino hacia la élite del circo. Con esfuerzo, llegó a trabajar con el Circo Nacional Knie de Suiza y más tarde fue reclutado por el Cirque du Soleil. “Mi acto obtuvo el segundo mejor puntaje entre 26 alumnos que nos graduamos”, cuenta con orgullo.
De Vuelta a Colombia: La Creación de Enac
Después de casi tres décadas de carrera, Julián Moreno ha decidido regresar a sus raíces para contribuir al desarrollo del circo en su país. Su nuevo proyecto, la Escuela Nariñense de Artes Circenses (ENAC), busca formar a las nuevas generaciones de artistas en Colombia, brindándoles las herramientas que él mismo necesitó en su juventud. “La idea es aportar a la cultura del circo y dar oportunidad a la gente que como yo en mi momento no tuvo una guía”, explica.
Un Legado de Arte Y Perseverancia
Hoy en día, Julián continúa creando actos innovadores y participando en grandes producciones, pero su objetivo principal es consolidar su escuela de circo. Su trayectoria, que comenzó en los semáforos de Colombia, es un ejemplo de cómo los sueños, combinados con trabajo arduo y dedicación, pueden llevar a alcanzar las estrellas. “Me siento orgulloso de mi carrera, con lo que he logrado y también he aportado mi granito de arena para cambiarle un poco la imagen que siempre ha tenido Colombia”, concluye.