Durante una reciente visita de estado del presidente ruso, Vladimir Putin, a China, ambas naciones reafirmaron su sólida asociación, señalando solidaridad en medio de crecientes tensiones con Occidente. La visita llega en un momento crítico mientras Rusia continúa con su ofensiva en Ucrania, un conflicto que ha tensado las relaciones entre Moscú y las potencias occidentales.
En la cumbre, Putin expresó gratitud al líder chino, Xi Jinping, por las propuestas de China sobre la crisis ucraniana, que han sido desestimadas por Ucrania y sus aliados occidentales alineándose estrechamente con la postura del Kremlin. A pesar de afirmaciones de neutralidad, China ha respaldado la posición de Rusia de que el conflicto fue provocado por Occidente, proporcionando a Moscú componentes cruciales para su arsenal militar.
Una declaración conjunta emitida después de la reunión subrayó la necesidad de abordar las causas fundamentales de la crisis ucraniana para una resolución sostenible. Rusia ha citado repetidamente el presunto nazismo en Ucrania como justificación de sus acciones, a pesar del liderazgo democráticamente electo de Ucrania y sus esfuerzos por fortalecer los lazos con Occidente.
El plan de paz de China en 2023, que pedía un alto el fuego y conversaciones directas entre Moscú y Kiev, fue rechazado por Ucrania y las naciones occidentales por no exigir la retirada de Rusia del territorio ucraniano ocupado. Sin embargo, tanto China como Rusia enfatizaron la importancia de condenar la glorificación del nazismo y el militarismo, haciendo eco de la perspectiva histórica de Rusia.
La reunión también brindó una oportunidad para que ambas naciones criticaran la política exterior de EE. UU., especialmente las alianzas militares en la región de Asia-Pacífico. La declaración expresó preocupación por las implicaciones estratégicas de iniciativas como AUKUS, destacando la amenaza percibida para la estabilidad regional por el despliegue de sistemas de misiles terrestres.
Económicamente, Rusia se ha vuelto cada vez más dependiente de China a medida que las sanciones occidentales han limitado su acceso a los mercados globales. El comercio bilateral entre los dos países alcanzó los $240 mil millones el año pasado, con China desempeñando un papel crucial en mitigar el impacto de las sanciones en la economía rusa. Moscú ha redirigido sus exportaciones de energía a China y recurrido a empresas chinas para componentes de alta tecnología, especialmente en el sector de defensa.
La cooperación militar entre Rusia y China también se ha profundizado, con ejercicios conjuntos y intercambio de tecnología volviéndose más comunes. Rusia ha compartido tecnologías militares sensibles con China, incluida la asistencia en el desarrollo de un sistema de alerta temprana para lanzamientos de misiles balísticos.
Aunque ambos líderes expresaron el deseo de paz en Ucrania, no ofrecieron nuevas propuestas durante la cumbre. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, ha delineado condiciones para las negociaciones, incluida la restauración de la integridad territorial de Ucrania y la retirada de las tropas rusas. A pesar de esto, Putin ha culpado a Occidente por el fracaso de negociaciones anteriores y ha elogiado las iniciativas de paz de China.
La visita subrayó la fuerza de la asociación entre China y Rusia, con ambas naciones buscando profundizar su integración de intereses. La reelección de Putin para un quinto mandato en el cargo y la celebración del 75 aniversario de las relaciones diplomáticas entre Rusia y China enfatizaron aún más la naturaleza perdurable de su alianza.
A medida que continúa el conflicto en Ucrania, la relación entre China y Rusia es probable que siga siendo un factor significativo en la configuración de la dinámica geopolítica en la región. A pesar de enfrentar presiones de Occidente, ambas naciones han señalado su compromiso de mantener su asociación y perseguir sus intereses compartidos en el escenario mundial.