China ha emitido una fuerte reprimenda a la OTAN, acusando a la alianza de priorizar su propia seguridad a expensas de otras naciones y advirtiendo contra la creación de “caos” en la región Asia-Pacífico. Esta advertencia sigue a la identificación por parte de la OTAN de China como un “habilitador decisivo” de la guerra en curso de Rusia en Ucrania.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China desestimó las afirmaciones de la OTAN sobre la participación de China en el conflicto de Ucrania como infundadas y motivadas por intereses ocultos. China ha adoptado una postura neutral sobre el tema de Ucrania, evitando condenar a Rusia y no calificando la invasión como una agresión. Esta posición se alinea con los profundos lazos comerciales de China con Rusia, que han mitigado los efectos de las sanciones occidentales sobre Moscú.
En una reciente cumbre en Washington, la OTAN subrayó el papel de China en ayudar a Rusia a través de una “asociación sin límites”, incluyendo un apoyo significativo al sector de defensa de Rusia. En respuesta, China defendió sus relaciones comerciales con Rusia como conformes a las reglas de la Organización Mundial del Comercio y tanto legítimas como razonables.
China ha criticado consistentemente la expansión y la influencia de la OTAN, alineándose con la visión de Rusia de que la ampliación de la OTAN amenaza la seguridad rusa. El conflicto en Ucrania ha fortalecido irónicamente a la OTAN, llevando a Suecia y Finlandia a unirse a la alianza. Esta expansión ha aumentado las preocupaciones de China sobre la creciente presencia y alianzas de la OTAN en la región del Indo-Pacífico.
La creciente cooperación de la OTAN con países como Australia, Japón y Corea del Sur es particularmente preocupante para China. Estas naciones enviaron representantes de alto nivel a la reciente cumbre de la OTAN, lo que indica un posible cambio en la dinámica regional que China está decidida a resistir. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China instó a la OTAN a dejar de entrometerse en los asuntos internos de China y a evitar difundir inestabilidad en Asia, similar a lo que percibe como caos en Europa.
Demostrando sus lazos militares con Rusia, China envió tropas a Bielorrusia para ejercicios conjuntos cerca de la frontera con Polonia, miembro de la OTAN. Estos ejercicios, los primeros de su tipo con Bielorrusia, se describen como rutinarios y no dirigidos a ningún país específico. Bielorrusia, aliado de Rusia con un sistema de partido único bajo el presidente Alexander Lukashenko, es conocido por reprimir la oposición política, especialmente durante las protestas masivas de 2020.
La participación de China en la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) fortalece sus alianzas estratégicas. La OCS, que incluye a Rusia, varias naciones de Asia Central, India y recientemente Bielorrusia, sirve como contrapeso a la influencia occidental. Sin embargo, la creciente influencia de China en la OCS ha causado fricciones con Rusia, especialmente en lo que respecta a los antiguos territorios soviéticos.
En la reciente cumbre de la OCS en Kazajistán, el presidente ruso Vladimir Putin y el presidente chino Xi Jinping reiteraron sus posiciones sobre el conflicto en Ucrania. Putin exigió que Ucrania retire sus tropas de los territorios ocupados por Rusia, una demanda firmemente rechazada por Ucrania. La propuesta de paz de China para el conflicto, que no incluye el retorno de los territorios ucranianos, también ha sido rechazada por Kiev.
China y Rusia han alineado estrechamente sus políticas exteriores contra las potencias occidentales, con Rusia cada vez más dependiente de China para el comercio. Esta relación es vital para Rusia, ya que enfrenta extensas sanciones internacionales, lo que convierte a China en un mercado clave para sus exportaciones de petróleo y gas.
A medida que la OTAN continúa expandiendo su influencia y asociaciones, las advertencias de China subrayan el complejo panorama geopolítico. La interacción entre las iniciativas estratégicas de la OTAN y la postura defensiva de China destaca las crecientes tensiones que podrían dar forma a las futuras relaciones internacionales tanto en Europa como en Asia.