En un giro inesperado, la industria siderúrgica latinoamericana, que una vez aspiraba a ser el motor del crecimiento económico regional, se encuentra actualmente sumida en una profunda crisis. Desde sus inicios en el siglo XXI, los países como Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y Perú tenían la ambición de desarrollar su sector manufacturero para diversificar sus economías y crear empleos de mayor calidad. Sin embargo, estos sueños se han visto obstaculizados por una combinación de factores, siendo el principal el ascenso imparable de China en la producción y exportación de acero.
A comienzos de este milenio, la industria latinoamericana representaba el 6,6% de la producción mundial de acero, con exportaciones significativas a China. Sin embargo, en los últimos años, la región ha experimentado un declive constante en su producción de acero, cayendo a un preocupante 3,1% de la producción mundial en 2023. Este descenso ha llevado a la paralización de operaciones en varias siderúrgicas latinoamericanas, incluida la emblemática Huachipato en Chile.
La causa principal de este declive se atribuye a China, cuya producción de acero ha aumentado de manera exponencial en las últimas décadas, representando ahora más del 50% de la producción mundial. China no solo produce más acero que el resto de los países combinados, sino que también lo exporta a precios por debajo del mercado, lo que dificulta la competencia para los productores latinoamericanos. Esta práctica, conocida como “dumping”, ha llevado a una inundación de acero chino en la región, provocando una crisis en la industria siderúrgica latinoamericana.
La reacción de los países latinoamericanos ante esta situación ha sido limitada. Aunque México ha impuesto aranceles significativos, otros países de la región han sido más reticentes debido a su dependencia comercial con China y el temor a represalias. Esto ha dejado a la industria siderúrgica latinoamericana en una posición vulnerable, incapaz de competir con el acero chino barato.
Sin embargo, hay esperanza en el horizonte. A medida que el mundo avanza hacia la neutralidad de carbono, el énfasis en la producción de acero más limpio podría beneficiar a la industria siderúrgica latinoamericana. El acero producido en la región es considerablemente más limpio que el chino, lo que podría generar oportunidades para el crecimiento y la recuperación de la industria. Además, la transición hacia la energía renovable y la tecnología verde podría impulsar la demanda de acero latinoamericano en el futuro.
A pesar de los desafíos actuales, muchos en la industria siderúrgica latinoamericana se mantienen optimistas sobre el futuro. Con una capacidad de crecimiento del 40% y una ventaja competitiva en la producción de acero más limpio, la región tiene el potencial de convertirse en un jugador clave en el mercado mundial del acero. Sin embargo, para lograrlo, se necesitarán medidas políticas y comerciales audaces para contrarrestar el impacto del acero chino y aprovechar las oportunidades emergentes en el mercado global.