En un hito histórico para las relaciones internacionales en América Latina, el Presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y su homólogo chino, Xi Jinping, han dado un paso significativo hacia un fortalecimiento bilateral, anunciando avances importantes hacia un potencial acuerdo de libre comercio. Esta decisión, anunciada tras una reunión en Pekín, no solo simboliza un incremento en la cooperación económica entre las dos naciones, sino también un cambio estratégico en el panorama diplomático y comercial de la región.
La reunión entre Lacalle Pou y Xi, que se extendió por dos horas, culminó con declaraciones prometedoras. “Se elevó la asociación estratégica entre China y Uruguay”, afirmó Xi, destacando una “asociación estratégica integral”. Este acuerdo no solo abarcará el comercio, sino que también se extenderá a la ciencia y la tecnología, mostrando una diversificación y profundización de los lazos bilaterales. Además, Xi expresó su deseo de “acoger más productos agrícolas y ganaderos uruguayos de alta calidad y productos de alto valor añadido en el mercado chino”, lo cual augura un futuro prometedor para las exportaciones uruguayas.
En un gesto simbólico que refleja la riqueza cultural y productiva de Uruguay, Lacalle Pou obsequió a Xi con dos toros de las razas Hereford y Angus, emblemas de la ganadería uruguaya. Esta acción no solo reafirma la calidad de los productos uruguayos, sino que también simboliza el respeto y la amistad entre las dos naciones.
La aproximación de Uruguay hacia China se produce en un contexto regional complejo. Mientras Brasil, bajo el mandato de Luiz Inácio Lula da Silva, fortalece sus lazos con China, Argentina, con Javier Milei como Presidente electo, muestra una postura más reservada. Paraguay, por otro lado, mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán, lo que representa un desafío adicional en el tejido diplomático de la región. La iniciativa de Uruguay de explorar un TLC con China, que comenzó con estudios de factibilidad en julio de 2022, ha generado ciertas tensiones dentro del Mercosur, especialmente por las regulaciones que exigen la aprobación de otros miembros del bloque para negociaciones con terceros países.
La reciente reunión y las declaraciones de ambos líderes reflejan no solo la fortaleza y el potencial de la relación bilateral sino también una estrategia uruguaya de diversificación de sus alianzas internacionales. Mientras China busca expandir su influencia en América Latina a través de la Nueva Ruta de la Seda, Uruguay se posiciona como un socio clave, dispuesto a explorar nuevas fronteras comerciales y diplomáticas. Este movimiento diplomático podría servir de catalizador para futuras negociaciones y acuerdos en la región, marcando un capítulo importante en las relaciones internacionales de América Latina.