En un paso significativo hacia la modernización de su fuerza naval, la Armada uruguaya ha iniciado un proceso para incorporar una patrullera clase Chamsuri, donada por Corea del Sur. Este acontecimiento marca un avance considerable en las capacidades de patrullaje y defensa de Uruguay, especialmente en sus aguas territoriales, donde la pesca ilegal ha sido un problema persistente.
Un equipo de siete miembros de la Armada uruguaya viajó recientemente a Corea del Sur para recibir la patrullera clase Chamsuri, una adición notable a su flota. Se espera que la unidad, tras su llegada a principios de 2024, se base en La Paloma, un área estratégica para el control de la pesca ilegal, especialmente por barcos brasileños.
La patrullera clase Chamsuri es una embarcación de 113 toneladas, con 33 metros de eslora y una manga de casi siete metros. Su calado es de solo 1,75 metros, permitiendo una navegación eficiente en aguas poco profundas. Impulsada por dos motores diésel MTU, la patrullera alcanza una velocidad máxima de 38 nudos y tiene una autonomía de 1.000 millas náuticas, ideal para largas misiones de patrullaje.
Esta unidad sobresale en potencia de fuego, equipada con un cañón de 40 mm y dos montajes Sea Vulcan de 20 mm, superando ampliamente a las actuales patrulleras uruguayas. Este incremento en la capacidad de combate es un paso significativo en el fortalecimiento de la Armada uruguaya.
La clase Chamsuri tiene un historial notable. Construida por los astilleros Korea Tacoma y Korea SB & Eng. Masan, estas patrulleras fueron esenciales para Corea del Sur durante las décadas de 1970 y 1980, especialmente contra incursiones norcoreanas. La PKM 357, una patrullera de esta clase, jugó un papel crucial en la batalla de Yeongpyeong en 2002. Hoy en día, solo 52 unidades permanecen en servicio, siendo utilizadas por armadas en todo el mundo, desde Filipinas hasta Timor Oriental.
La incorporación de la patrullera clase Chamsuri a la Armada uruguaya representa un salto cualitativo en sus capacidades defensivas y de patrullaje. Esta modernización es un testimonio del compromiso de Uruguay con la protección de sus aguas territoriales y la lucha contra actividades ilegales, como la pesca no autorizada. La colaboración internacional y la transferencia de tecnología juegan un papel fundamental en este proceso, fortaleciendo las relaciones bilaterales y mejorando la seguridad marítima en la región.