El 23 de julio de 2025, los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de México, Claudia Sheinbaum, mantuvieron una llamada telefónica centrada en el fortalecimiento de las relaciones comerciales y de inversión entre ambos países. La conversación se dio en un contexto de creciente incertidumbre económica internacional, particularmente por las recientes tensiones arancelarias generadas por las declaraciones de la administración estadounidense sobre posibles nuevos gravámenes a productos mexicanos y brasileños.
Durante el intercambio, Lula remarcó la importancia de consolidar un eje de cooperación latinoamericana capaz de ofrecer estabilidad regional y de impulsar el crecimiento económico ante desafíos externos. Desde su toma de posesión, Sheinbaum ha priorizado la diversificación de alianzas económicas y una mayor proyección internacional de México. La llamada con el mandatario brasileño forma parte de esa estrategia de apertura comercial y diplomática.
Ambos líderes destacaron la necesidad de un enfoque conjunto ante amenazas globales como el proteccionismo, la volatilidad financiera y los desequilibrios comerciales. En este sentido, reafirmaron su voluntad política de trabajar estrechamente, tanto en el plano bilateral como en los foros multilaterales.
Sectores Estratégicos para el Crecimiento Compartido
Uno de los principales focos de la conversación fue la identificación de sectores clave para una colaboración económica de mayor profundidad. Lula y Sheinbaum coincidieron en que áreas como la industria farmacéutica, el agroalimentario, los biocombustibles, la innovación tecnológica, la educación científica y el sector aeroespacial presentan amplias posibilidades de sinergia.
En particular, el desbloqueo por parte de Brasil de las importaciones de aguacate mexicano fue recibido como un hito significativo para la apertura de mercados. Esta decisión, anunciada recientemente, permitirá que uno de los productos emblemáticos de la agricultura mexicana llegue a un mercado de más de 200 millones de consumidores. Por su parte, Brasil expresó su interés en exportar mayores volúmenes de etanol y otros biocombustibles a México, abriendo espacio para un flujo comercial más balanceado.
También se discutió el potencial de colaboración en innovación y tecnología, con énfasis en el desarrollo de inteligencia artificial aplicada a procesos industriales, así como la cooperación universitaria en formación científica y técnica. Sheinbaum propuso avanzar en la creación de centros binacionales de investigación y transferencia tecnológica, una idea que Lula respaldó con entusiasmo.
Próxima Visita Oficial de Autoridades Brasileñas
Como resultado del acercamiento, Lula anunció que el vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, viajará a México los días 27 y 28 de agosto, acompañado de una delegación compuesta por ministros, diplomáticos y empresarios. El objetivo será establecer una hoja de ruta para nuevos acuerdos de inversión y cooperación en los sectores priorizados.
Durante esa visita, se espera la firma de memorandos de entendimiento y el inicio de mesas técnicas para acelerar la implementación de proyectos conjuntos. El gobierno mexicano también prepara reuniones con representantes de la industria automotriz, agroindustrial y energética, en busca de alianzas con empresas brasileñas interesadas en expandir su presencia en Norteamérica.
En reciprocidad, Lula invitó a Sheinbaum a realizar una visita de Estado a Brasilia en los próximos meses, para dar continuidad al diálogo político y reforzar los lazos diplomáticos. Aunque no se ha fijado fecha, fuentes oficiales indican que podría concretarse antes de fin de año.
Reacción Ante el Escenario Global Cambiante
La coordinación entre México y Brasil se produce en un momento crítico, ante la posibilidad de que Estados Unidos imponga aranceles de hasta 30% a productos mexicanos y 50% a exportaciones brasileñas. Ambas administraciones consideran que esta amenaza externa refuerza la necesidad de diversificar mercados y afianzar una arquitectura económica regional independiente.
Tanto Brasil como México han asumido un rol más activo en espacios multilaterales como el G-20, los BRICS, el G-7 ampliado y la CELAC, promoviendo agendas comunes en torno al cambio climático, el acceso a medicamentos, la estabilidad financiera y la gobernanza digital.
Fuentes diplomáticas brasileñas señalaron que el presidente Lula busca consolidar a Brasil como puente estratégico entre América Latina, Europa y África, y considera a México como su socio natural en la región para equilibrar las relaciones con Asia y Estados Unidos. Por su parte, el gobierno de Sheinbaum apuesta por una política exterior más proactiva, con prioridad en alianzas sustentadas en la igualdad, la cooperación tecnológica y la justicia económica.
La llamada entre ambos mandatarios ha sido interpretada por analistas internacionales como un claro gesto de acercamiento entre las dos economías más grandes de América Latina, con miras a consolidar una agenda común en un escenario global en transformación.