La economía de Venezuela, históricamente ligada a las fluctuaciones de los precios del petróleo, ha experimentado una vertiginosa montaña rusa en las últimas décadas. El Producto Interior Bruto (PIB) del país sufrió una contracción cercana al 80% desde 2013, marcando una época de hiperinflación y devaluación monetaria sin precedentes. A pesar de ello, recientes indicadores sugieren un inicio de recuperación, especialmente tras la salida de la hiperinflación en diciembre de 2021 y un aumento en la producción petrolera. Sin embargo, esta recuperación enfrenta desafíos significativos, evidenciados en la abrupta devaluación del bolívar en agosto de 2022.
El bolívar, la moneda nacional venezolana, ha sufrido cambios drásticos en los últimos años. De ser el bolívar fuerte en la era de Hugo Chávez, pasó a convertirse en bolívar soberano en 2018 y en bolívar digital en 2021, eliminando en el proceso 14 ceros. A pesar de estas medidas, la economía comenzó a mostrar signos de mejora, ayudada en parte por la dolarización informal que emergió tras la derogación de la Ley de Ilícitos Cambiarios en 2018 por el gobierno de Nicolás Maduro. Esta medida permitió una mayor estabilidad en las transacciones económicas y el planeamiento financiero, hasta entonces imposible con un bolívar fuertemente inflacionado.
Orlando Zamora, analista financiero y exjefe de división del Banco Central de Venezuela, atribuye la reciente devaluación a la disminución de las reservas internacionales y a una política de anclaje insostenible del BCV. Por otro lado, Leonardo Vera, economista de la Universidad Central de Venezuela, resalta que las políticas gubernamentales, como el aumento del salario mínimo y la emisión de bolívares para satisfacer demandas sociales, han exacerbado la crisis cambiaria.
La situación actual refleja los límites de la recuperación económica de Venezuela. La devaluación del bolívar, según Vera, podría traducirse en un aumento de la inflación y una reducción del poder adquisitivo, afectando desproporcionadamente a diferentes grupos sociales. Zamora anticipa que la devaluación continuará, cuestionando la sostenibilidad de las políticas económicas actuales y destacando problemas estructurales como la dependencia de importaciones y la baja capacidad productiva.
La reciente devaluación del bolívar en Venezuela es un claro indicativo de los retos que enfrenta el país en su camino hacia la recuperación económica. Aunque hay signos de mejora, la dependencia de las políticas gubernamentales y la fragilidad de las reservas internacionales sugieren que la estabilidad económica aún está lejos de alcanzarse. La economía venezolana, como una montaña rusa, sigue su curso impredecible, dejando en evidencia la necesidad de reformas profundas y una gestión económica más sostenible.