Brasil ha reanudado la producción nacional de insulina humana por primera vez en más de dos décadas, en un paso considerado clave para reforzar la soberanía sanitaria del país. El relanzamiento tuvo lugar en la planta de Biomm en Nova Lima, Minas Gerais, con la entrega del primer lote de más de 200 000 unidades de insulina regular y NPH, que ya fueron distribuidas al Sistema Único de Salud (SUS).
Durante la ceremonia oficial, el ministro de Salud Alexandre Padilha celebró el retorno de la fabricación local como parte de una política estratégica para reducir la dependencia de importaciones: “Después de 20 años, Brasil vuelve a producir insulina para abastecer al SUS y cuidar de su pueblo”, declaró.
Este esfuerzo forma parte de la “Estrategia Nacional para el Desarrollo del Complejo Económico-Industrial de la Salud”, una iniciativa que articula alianzas entre el Estado, empresas privadas y laboratorios públicos para aumentar la producción nacional de insumos críticos.
Tecnología Importada, Producción Nacional
La nueva etapa de producción fue posible gracias a un contrato de transferencia tecnológica con la farmacéutica india Wockhardt, que compartió su know-how con las brasileñas Biomm y Funed, responsables de la fabricación. La inversión total del Ministerio de Salud en esta etapa supera los R$ 140 millones, destinados tanto a la adquisición de tecnología como a la infraestructura de producción y certificación.
En total, se espera que durante 2025 y 2026 se entreguen más de 8 millones de unidades de insulina al SUS, incluyendo viales y plumas prellenadas. La meta es cubrir al menos el 50 % de la demanda nacional con producción interna, un salto considerable frente al 0 % registrado en las últimas dos décadas.
Padilha subrayó que la decisión busca blindar al país frente a posibles interrupciones internacionales en la cadena de suministro. La pandemia de COVID-19 expuso los riesgos de depender exclusivamente de proveedores externos, especialmente en áreas sensibles como la farmacéutica.
Seguridad Terapéutica Para Millones De Pacientes
La insulina es un medicamento vital para el tratamiento de la diabetes, una condición que afecta a más del 10 % de la población brasileña. En el sistema público, se distribuyen gratuitamente distintas presentaciones de insulina, tanto humanas como análogas. Con la producción nacional, el gobierno espera garantizar una provisión estable, reducir costos y ampliar el acceso.
El SUS actualmente proporciona insulina regular, NPH, análogos de acción rápida y prolongada, y medicamentos orales e inyectables. El suministro gratuito se complementa con seguimiento médico y educación terapéutica a través de unidades básicas de salud.
El nuevo modelo de producción también refuerza la sostenibilidad financiera del sistema, al permitir un ahorro significativo en la compra de medicamentos a largo plazo. La independencia productiva nacional permite negociar mejores precios y reducir la vulnerabilidad frente a la volatilidad internacional.
Expansión Hacia Insulinas De Última Generación
Más allá de la insulina humana convencional, el gobierno también impulsa la producción nacional de insulina glargina, un análogo de acción prolongada cada vez más usado en el tratamiento de pacientes con diabetes tipo 1 y tipo 2. Para ello, se estableció una nueva alianza estratégica entre Bio-Manguinhos (Fiocruz), Biomm y la farmacéutica china Gan & Lee.
El objetivo inicial es entregar 20 millones de viales de insulina glargina al SUS, con capacidad de expansión hasta los 70 millones anuales en la próxima década. A mediano plazo, se prevé también la producción del principio activo en territorio brasileño, lo que representaría un paso más hacia la completa autonomía tecnológica en medicamentos esenciales.
La reactivación de esta cadena productiva no sólo representa un hito industrial, sino también una oportunidad de dinamizar economías regionales, generar empleos cualificados y posicionar a Brasil como actor relevante en el escenario farmacéutico global.