El 2023 ha sido un año marcado por desafíos económicos significativos en América Latina, exacerbados por la guerra en Ucrania y las secuelas de la pandemia de COVID-19. Este período, descrito como el “año de la gran inflación”, ha visto cómo la inflación alcanzaba niveles sin precedentes en la región, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Sin embargo, hay indicios de mejoría en el horizonte, con expectativas de una inflación menor en 2024.
La inflación en América Latina alcanzó su punto máximo en junio de 2023, con un 8.4%, el nivel más alto desde 2005. Este incremento se debió en parte al aumento en los precios de los alimentos y la energía, intensificado por la guerra en Ucrania y la volatilidad cambiaria. Países como Venezuela, Argentina, Cuba, Haití y Surinam, con “inflación crónica”, quedaron fuera de este cálculo. A mediados de año, una serie de medidas como el aumento de las tasas de interés y la desaceleración económica global empezaron a revertir esta tendencia, llevando la inflación regional a un 6.8% en octubre.
Panamá destacó por tener la inflación más baja de la región con un 1.7% en octubre, a pesar de enfrentar desafíos como protestas y una “inflación importada” debido a la dependencia del país del combustible extranjero, según Felipe Argote, profesor de macroeconomía de la Universidad Interamericana. Bolivia siguió con una inflación de 2.9%, beneficiada por un tipo de cambio fijo con el dólar y subsidios gubernamentales.
Por otro lado, Venezuela y Argentina lideraron la lista de países con la inflación más alta, seguidos por Cuba, Chile y Colombia. En Chile, la inflación alcanzó un histórico 14.1% en agosto, impulsada por factores internos y externos, incluyendo un aumento del consumo y problemas en las cadenas de suministro. Colombia enfrentó un incremento en el costo de los alimentos, contribuyendo a una inflación del 12.2%.
A pesar de los desafíos enfrentados en 2023, las proyecciones para 2024 son más esperanzadoras, con una inflación esperada menor, aunque aún no a niveles pre-pandémicos. José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal, anticipa que aunque la inflación disminuirá, los desafíos económicos persistirán, incluyendo un crecimiento más lento y posibles incrementos en el desempleo. América Latina, por tanto, enfrenta un futuro de recuperación económica gradual, con la sombra de la recesión todavía presente.