El 19 de septiembre de 1985, la Ciudad de México sufrió uno de los desastres más devastadores de su historia: un terremoto de 8.1 grados que dejó aproximadamente 20,000 fallecidos. Esta tragedia, que marcó a toda una generación, ha sido recordada a lo largo de los años en distintos medios. Ahora, la serie Cada Minuto Cuenta en Prime Video revive esos momentos con un enfoque innovador y tecnológico, buscando conmover a las audiencias y mostrar un hito de la historia mexicana en un formato que revoluciona la producción audiovisual en Latinoamérica.
Dirigida por Jorge Michel Grau, Cada Minuto Cuenta no solo se centra en los efectos físicos del sismo, sino que explora las historias de supervivencia, resiliencia y solidaridad que emergieron en aquellas horas de caos. Con un elenco compuesto por destacados actores como Osvaldo Benavides, Maya Zapata, Jesús Zavala, Antonio de la Vega, Damayanti Quintanar y Luis Fernando Peña, la serie ofrece un retrato humano de la tragedia. A través de sus interpretaciones, los actores muestran el lado más emotivo de la lucha por la supervivencia y la valentía de los ciudadanos en medio de un desastre.
Además del contenido narrativo, Cada Minuto Cuenta es pionera en la implementación de producción virtual, una tecnología que ha revolucionado el entretenimiento en otras partes del mundo y que ahora hace su debut a gran escala en Latinoamérica. Este avance tecnológico, utilizado en producciones internacionales como The Mandalorian, La sociedad de la nieve y Avatar 2: El camino del agua, permite recrear entornos digitales con gran realismo mediante pantallas LED y el motor de videojuegos Unreal Engine. Esta técnica, empleada en el set de la serie, ofrece una experiencia inmersiva tanto para los actores como para el público.
La producción virtual ha permitido a los creadores de Cada Minuto Cuenta recrear con precisión un entorno de 360° compuesto por 800 pantallas LED, distribuidas en un área de 200 metros cuadrados, con una altura de 6 metros y 32 metros lineales de pantalla. Gracias a esta tecnología, los actores se encuentran rodeados por un entorno que, aunque es plano, les da una sensación de realismo mucho mayor que los antiguos foto murales de los años 70. El sistema también incorpora un sistema de iluminación inteligente, conectado al entorno digital, que controla aspectos de luz y sombra para mejorar la calidad visual de cada escena.
El montaje de esta plataforma en los Estudios Churubusco fue posible gracias a la colaboración entre la productora Traziende y la empresa mexicana Simplemente, así como a la participación de Pixomondo, que contribuyó con maquetas de edificios históricos, las cuales fueron fotografiadas e integradas digitalmente en el ambiente virtual. Ocho computadoras operan en sincronía para proyectar las imágenes en tiempo real, mapeadas con láser, logrando una simulación 3D que utiliza avanzados efectos de fotorrealismo.
Uno de los aspectos más destacados del proceso de producción virtual es la accesibilidad del Unreal Engine, el motor que permite simular estos entornos. Esto abre una puerta a que interesados en la tecnología puedan aprender desde casa y experimentar creando escenarios virtuales, algo que hasta hace poco parecía fuera del alcance de la industria local. Con esta combinación de elementos, Cada Minuto Cuenta logra transportar a la audiencia a la Ciudad de México en 1985, ofreciendo una experiencia emotiva que une tecnología y memoria histórica en una narrativa impactante.
La llegada de esta tecnología a Latinoamérica, y su implementación en una serie de esta magnitud, representa un avance significativo para la industria audiovisual en la región. Cada Minuto Cuenta marca un antes y un después en las producciones latinoamericanas, abriendo el camino para que más proyectos locales adopten herramientas de última generación y eleven el estándar de producción. Esta transformación también acerca a los productores locales a técnicas de vanguardia que antes solo eran accesibles en producciones de Hollywood.
En definitiva, Cada Minuto Cuenta no solo invita a recordar una de las tragedias más significativas de México, sino que también demuestra el poder de la tecnología para transformar la manera en que se cuentan historias. A través de una combinación de efectos visuales de alta calidad y una narrativa emotiva, esta serie marca un hito para el entretenimiento latinoamericano, ofreciendo una experiencia audiovisual sin precedentes que conecta a la audiencia con el espíritu de solidaridad y heroísmo de 1985.