El icónico Salón Tenampa de la Plaza Garibaldi se convirtió en el escenario inesperado para una experiencia musical única protagonizada por Ed Sheeran. En un evento exclusivo organizado por Spotify, el cantante británico ofreció una presentación íntima en el corazón de la Ciudad de México, acompañado únicamente de su guitarra y de un grupo de músicos locales. Esta aparición marcó su regreso al país después de una larga ausencia, y lo hizo de una forma completamente distinta a los espectáculos multitudinarios a los que tiene acostumbrado al público.
En lugar de los estadios y escenarios internacionales con producciones de gran escala, Sheeran optó por un formato mucho más personal, en el que su voz y su guitarra fueron los protagonistas. La elección del Salón Tenampa no fue casual: el lugar, con casi 100 años de historia, ha sido punto de encuentro de leyendas de la música mexicana y escenario de memorables momentos culturales. Con esta presentación, Sheeran se unió a la lista de artistas que han pisado este recinto tan emblemático.
Una Conexión Especial Con México
El evento no fue abierto al público general. Los asistentes fueron seleccionados entre los oyentes más activos de Spotify, lo que hizo que la experiencia fuera aún más exclusiva. Además de fans, también estuvieron presentes miembros de la prensa y creadores de contenido invitados especialmente para la ocasión. El ambiente fue relajado, casi como una tertulia musical, en el que Sheeran, con vestimenta casual y rodeado por músicos locales, interpretó canciones que recorren diferentes etapas de su carrera.
El repertorio incluyó desde temas que lo posicionaron como una de las voces más influyentes del pop internacional hasta composiciones recientes. Canciones como “Don’t”, “The A Team”, “Photograph” y “Shape of You” generaron emoción y nostalgia entre los asistentes. También se presentaron piezas más nuevas como “Old Phone” y “Slowly”, esta última añadida de forma espontánea por el artista, influenciado por la atmósfera del lugar.
Más allá del repertorio, la conexión emocional fue evidente. En un momento destacado de la tarde, interpretó una versión renovada de “Thinking Out Loud” junto a la cantante venezolana Lena Rose. La interpretación fue especialmente emotiva, con una dinámica que permitió lucir la voz de su invitada y reforzar el tono íntimo del concierto.
Cultura Compartida Y Cierre Memorable
Uno de los aspectos más sorprendentes del evento fue la fusión cultural que Sheeran propició al cierre del show. Tras interpretar una tradicional canción irlandesa con la que suele terminar sus presentaciones más personales, el artista británico dio paso a un grupo de mariachis, generando una inesperada pero emocionante transición musical.
El mariachi abrió con “El Son de la Negra”, uno de los himnos más representativos de la música mexicana, y continuó con interpretaciones solicitadas espontáneamente por el público, como “Así fue” y “Cielo Rojo”. Este momento no solo cerró el evento con un toque festivo, sino que también evidenció el respeto del cantante por la cultura local y su deseo de compartir un poco de la suya en un entorno tan simbólico para México.
La elección del Salón Tenampa se entendió entonces como un homenaje a las raíces de la música latinoamericana y una forma de rendir tributo a un espacio que ha sido testigo de generaciones de músicos, compositores e intérpretes. La mezcla de estilos, idiomas y tradiciones fue uno de los grandes aciertos de la tarde.
Regreso a Lo Esencial
Esta presentación representó mucho más que una parada promocional. Para Sheeran, fue una forma de reconectar con su esencia artística. Acostumbrado a llenar estadios alrededor del mundo, decidió volver a sus orígenes y revivir el espíritu de sus primeros años como músico, en los que los escenarios eran pequeños, el contacto con el público era directo, y cada nota tenía un impacto inmediato.
Este formato reducido no solo ofreció una experiencia más cercana a los asistentes, sino que también permitió al artista explorar nuevas formas de interpretación y conexión emocional. La velada dejó en claro que, aunque ha alcanzado el éxito global, Ed Sheeran sigue valorando la autenticidad y la intimidad que solo los escenarios pequeños pueden ofrecer.
El evento no solo quedará en la memoria de los fans como una tarde irrepetible, sino que también refuerza la importancia de los espacios culturales locales y la magia que ocurre cuando la música trasciende idiomas y fronteras.