La agencia S&P Global Ratings redujo recientemente la calificación de la deuda soberana de Colombia de BB+ a BB, situándola dos niveles por debajo del grado de inversión y otorgándole una perspectiva negativa.. Esta decisión se basa en una serie de indicios alarmantes: la aceleración del déficit fiscal, el aumento de la deuda pública y una recaudación tributaria menor a la esperada. Todo esto llevado a cabo en medio de la suspensión, por tres años, de la llamada “regla fiscal” que regulaba el gasto estatal.
Horas antes, la agencia Moody’s también recortó la calificación de Colombia, dejándola en Baa3, justo en el umbral más bajo del grado de inversión, aunque con una perspectiva estable . Esto significa que, mientras Moody’s mantiene una postura más cauta, S&P ya ha marcado un camino mucho más crítico.
Motivos Del Deterioro Fiscal
S&P resaltó varios factores determinantes en su reporte, incluyendo un déficit creciente, una carga de pago de intereses que se ha vuelto cada vez más pesada, y una política fiscal que ha perdido predictibilidad tras suspenderse la regla fiscal. Se proyecta que el déficit alcanzará cerca del 7,1 % del PIB en 2025, frente a un ya preocupante 6,1 % en 2024. Las agencias consideran que la sobreestimación de ingresos y la falta de ajustes de gasto han exacerbado el problema .
Este comportamiento fiscal, marcado por ingresos inferiores a lo esperado y gastos crecientes, sin compensación adecuada, ha generado preocupación entre los inversionistas. Además, el entorno aumenta la vulnerabilidad a choques externos, especialmente en un contexto de bajo crecimiento económico.
Impacto en la Deuda Y Mercado Local
Uno de los efectos más relevantes del recorte de S&P tiene que ver con los TES (títulos emitidos en moneda local). Al perder el grado de inversión en este segmento, varios fondos internacionales se verán obligados a retirarse, lo que ya ha generado presión sobre la cotización de los bonos y el peso colombiano.
El dólar en Colombia, por su parte, reaccionó con una apreciación tras los anuncios de ambas calificadoras, llegando a niveles de aproximadamente $4.069 COP, aunque cerrando ligeramente por debajo de los $4.100 COP.
Esta retirada de inversiones y la subida de las tasas de interés elevan el costo de financiamiento para el Estado. Además, se espera que Colombia emita más deuda, internamente y en mercados internacionales, para cubrir el creciente hoyo fiscal: se habla de bonos por unos 2.400 millones de dólares, más 1.000 millones de créditos bancarios, y un aumento en la emisión de TES en cerca de 58 billones de pesos.
Perspectivas Y Medidas Posibles
La perspectiva negativa de S&P implica que una nueva rebaja podría ocurrir dentro de los próximos 12 a 18 meses si Colombia no toma medidas efectivas para equilibrar sus cuentas . Moody’s, por su parte, mantiene una visión más estable, aunque reconoce los riesgos que persisten en el mediano plazo.
El Gobierno colombiano, encabezado por el Ministerio de Hacienda, ha asegurado que implementará acciones para fortalecer la sostenibilidad fiscal y restaurar la confianza internacional. Entre las recomendaciones de las agencias se incluyen la revisión urgente de la estructura del gasto, restaurar una regla fiscal creíble, mejorar la eficiencia institucional y disminuir la carga de intereses.
De no adoptar estas medidas con seriedad y prontitud, Colombia podría enfrentar no solo una rebaja adicional de calificación, sino también una creciente presión sobre su acceso a financiamiento público, posibles caídas en la inversión extranjera y devaluación cambiaria.
El descenso de la nota soberana por parte de S&P a BB refleja un deterioro fiscal profundo y sostenido, que combina déficit elevado, endeudamiento creciente y menor recaudación. La pérdida del grado de inversión en deuda local enlentece el financiamiento y añade volatilidad al mercado interno. El desafío para Colombia será demostrar, en los próximos 12 a 18 meses, una hoja de ruta fiscal creíble que recupere la confianza de las calificadoras y los inversionistas.