El 28 de julio de 2025, el Gobierno de México, a través de su vehículo financiero Eagle Funding LuxCo, lanzó al mercado una emisión de bonos en dólares con vencimiento a cinco años para respaldar a la petrolera estatal Pemex. La operación fue revelada por IFR, el servicio de información financiera de LSEG, y se prevé sea cerrada ese mismo día.
El objetivo principal de este instrumento financiero es fortalecer la liquidez de Pemex y asegurar el cumplimiento de sus obligaciones de corto plazo, especialmente en un escenario de altos pasivos y retrasos en pagos a proveedores. Esta estrategia busca ofrecer un alivio inmediato a la compleja situación financiera que enfrenta la compañía.
Estructura de la Operación y Actores Clave
La emisión es realizada mediante un fideicomiso bajo un esquema financiero especializado. Eagle Funding LuxCo, con respaldo tácito del gobierno federal, emitió notas precapitalizadas (o P‑Caps) y con los recursos adquiridos compró bonos del Tesoro de EE. UU., que luego fueron transferidos a Pemex como colateral.
Las primeras indicaciones de mercado ubicaban la tasa de interés en 200 puntos básicos sobre los bonos del Tesoro de Estados Unidos comparables. JP Morgan actuó como asesor principal y, junto con Bank of America y Citibank, participó en la colocación. Este enfoque permite evitar que la deuda se refleje directamente en los balances de Pemex o del gobierno, al tiempo que garantiza condiciones de financiamiento más favorables.
Reacción de los Mercados y Situación Financiera
Tras el anuncio, los títulos internacionales de Pemex registraron una subida generalizada. El bono con vencimiento en 2050 aumentó 2.6 centavos hasta 80.65 centavos por dólar, mientras que otras emisiones con vencimientos entre 2027 y 2031 también registraron incrementos superiores a un centavo.
Actualmente, Pemex enfrenta una deuda superior a 100 000 millones de dólares, además de 20 000 millones de dólares en pasivos con proveedores y contratistas. Solo en 2025 debe cubrir compromisos por aproximadamente 6 400 millones de dólares, cifra que podría alcanzar los 47 100 millones al final del sexenio. Esta emisión ha sido recibida positivamente por los inversionistas, aunque los analistas advierten que representa solo una medida temporal y no resuelve los problemas estructurales de la empresa.
Desafíos Futuros y Perspectivas
Aunque la emisión ofrece un respiro financiero inmediato, persisten los retos de largo plazo para Pemex. Expertos señalan que la compañía requiere una reestructuración profunda que incluya mejoras en eficiencia operativa, reducción de costos y una estrategia para aumentar su producción y rentabilidad.
La administración de la presidenta Claudia Sheinbaum ha anunciado planes para impulsar un refinanciamiento más amplio, apoyado por organismos internacionales y ajustes internos que refuercen la viabilidad de la empresa. Sin embargo, el mercado observa con cautela, consciente de que el rescate actual es apenas un paliativo frente a una deuda estructural y creciente.