El sol peruano se ha consolidado como la moneda más estable de América Latina, manteniendo su fortaleza a pesar de la inestabilidad política del país. En los últimos cinco años, Perú ha tenido cinco presidentes y ha enfrentado múltiples protestas, pero su moneda ha resistido mejor que las de sus vecinos.
Uno de los principales factores detrás de esta estabilidad es la gran cantidad de reservas de divisas extranjeras que el país ha acumulado gracias a sus sólidos superávits comerciales. En 2023, Perú alcanzó un superávit récord de 24.000 millones de dólares, impulsado principalmente por sus exportaciones minerales, en particular el cobre. Estos excedentes han crecido constantemente en la última década y se han triplicado en los últimos cinco años. Como resultado, el país ahora cuenta con aproximadamente 83.000 millones de dólares en reservas de divisas, equivalentes al 30% de su PIB. Este respaldo financiero ha permitido mantener el valor del sol y ha fortalecido la confianza de los inversores.
A lo largo de más de dos décadas, el sol ha registrado solo una depreciación marginal del 5,5%, lo que lo convierte en la moneda más fuerte de la región. Actualmente, se cotiza entre 3,72 y 3,78 soles por dólar estadounidense, con mínimas fluctuaciones. En contraste con la volatilidad que afecta a otras economías latinoamericanas, la moneda peruana se ha mantenido estable y predecible, reforzando aún más la seguridad en la economía del país.
Perú también mantiene una inflación baja, de aproximadamente el 2%, la más baja de América Latina, y una tasa de interés de referencia del 4,75%, una de las más reducidas de la región. Estos factores han contribuido al buen desempeño del sol, haciéndolo atractivo para los inversores y los mercados de divisas.
La estabilidad del sol ha traspasado las fronteras peruanas, convirtiéndose en una moneda refugio en países vecinos. En Bolivia, donde la escasez de reservas en dólares ha generado incertidumbre económica, la población ha comenzado a utilizar el sol como una alternativa confiable. La moneda incluso ha sido apodada “cholar”, un juego de palabras entre un término coloquial para los pueblos andinos y la palabra dólar en español. De manera similar, en algunas zonas de Brasil cercanas a la frontera con Perú, el sol también se ha convertido en un medio de intercambio preferido, lo que demuestra su creciente influencia en la región.
Gracias a sus constantes superávits comerciales, su considerable acumulación de reservas en dólares y su sólida base económica, Perú ha logrado proteger su moneda de la inestabilidad que afecta a gran parte de América Latina. La fiabilidad del sol a lo largo del tiempo ofrece seguridad tanto a los inversores locales como extranjeros, consolidándolo como una de las monedas más confiables de la región. Mientras otras economías sudamericanas enfrentan incertidumbre, la capacidad de Perú para mantener un tipo de cambio estable lo convierte en un raro ejemplo de solidez financiera en un panorama volátil.