América Latina se enfrenta a un desafío climático monumental. Según un informe reciente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), presentado en la COP 28 de Naciones Unidas en Dubái, la región necesita invertir entre un 3.7% y 4.9% de su Producto Interno Bruto (PIB) anualmente para cumplir con sus compromisos climáticos hacia 2030. Esto representa un salto significativo en comparación con el actual financiamiento climático de la región, que era de apenas el 0.5% del PIB en 2020.
El informe de la CEPAL resalta la necesidad de cuadruplicar el ritmo de descarbonización actual, que se sitúa en el 0.9%, para alcanzar la meta de reducir entre el 24% y 29% de las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030. Se estima que para lograr estos objetivos, los países latinoamericanos deberán invertir entre 2.1 y 2.8 billones de dólares en el periodo 2023-2030. Esta inversión se destinará principalmente a la transición energética, mejoras en sistemas de transporte, reducción de la deforestación y adaptación de la industria agrícola.
El estudio también aborda las consecuencias del cambio climático que ya se están sintiendo en la región, como la peor temporada seca desde 1944 en la zona austral del Paraná-La Plata y la sequía más severa y prolongada en Chile en 1,000 años. Además, advierte sobre una potencial pérdida de hasta el 10% de la productividad laboral debido al aumento de las temperaturas promedio, lo que repercutiría negativamente en el crecimiento económico.
El informe de la CEPAL subraya la urgencia y la magnitud de la inversión requerida por América Latina para afrontar el cambio climático de manera efectiva. La región se encuentra en una encrucijada crítica, donde el tiempo es esencial y las acciones decididas son indispensables para salvaguardar su futuro económico y ambiental.