La inflación en Brasil cerró el 2024 por encima del rango objetivo establecido por el banco central, lo que prepara el escenario para nuevas alzas en las tasas de interés. La tasa de inflación anual terminó el año en un 4,83%, según datos de la agencia de estadísticas IBGE. Esta cifra estuvo ligeramente por debajo del 4,88% pronosticado por los economistas y del 4,87% registrado en noviembre, pero superó el límite superior del rango objetivo de entre 1,5% y 4,5%.
El índice de precios al consumidor (IPCA) también mostró un aumento en diciembre, con una subida mensual del 0,52%. Aunque este incremento fue menor al 0,57% esperado, representó una aceleración en comparación con el 0,39% del mes anterior. Este aumento estuvo impulsado principalmente por los precios de alimentos y bebidas, que subieron un 1,18%, junto con incrementos en transporte y ropa. Sin embargo, los costos de vivienda mostraron una ligera caída, ofreciendo un alivio parcial.
A pesar de esta moderada desaceleración en la tasa anual de inflación, el panorama general sigue siendo preocupante. Economistas y responsables de políticas anticipan presiones inflacionarias persistentes, impulsadas por una fuerte actividad económica, un mercado laboral ajustado y expectativas de inflación desancladas. El banco central proyecta que la inflación se mantendrá por encima del rango objetivo al menos hasta el tercer trimestre de 2025, antes de comenzar a disminuir significativamente.
Como respuesta a este entorno inflacionario, el banco central de Brasil ha intensificado su estrategia de endurecimiento monetario. El mes pasado, la entidad incrementó las tasas de interés en 100 puntos básicos, llevándolas al 12,25%. Este movimiento agresivo refleja el compromiso del banco de controlar la inflación y alcanzar su objetivo oficial del 3%. Los responsables de la política monetaria han indicado que es probable que se produzcan aumentos similares en las próximas reuniones para mantener el ritmo.
Aunque los datos de diciembre ofrecieron un cierre algo positivo para el año, la perspectiva inflacionaria a largo plazo sigue siendo preocupante. Los analistas consideran que los indicadores económicos y la inercia inflacionaria obligarán al banco central a continuar con su ciclo de endurecimiento durante buena parte del próximo año. Los responsables de políticas enfrentan el reto de equilibrar la reducción de la inflación sin frenar el crecimiento económico.
Los desafíos de inflación en Brasil surgen en un momento de fuerte actividad económica interna y aumento de costos en sectores esenciales. El mercado laboral ajustado, junto con los incrementos de precios en categorías clave como alimentos y transporte, destaca las dificultades para estabilizar la inflación en la economía más grande de América Latina.
Los datos subrayan la necesidad de intervenciones monetarias sostenidas, y se espera que el banco central mantenga sus planes de futuras alzas en las tasas de interés. Con una inflación persistentemente alta, los responsables de la política económica probablemente seguirán vigilantes en sus esfuerzos por llevar la economía hacia una mayor estabilidad de precios en los próximos meses.