Las instituciones tienen que desembolsar dinero para la investigación e invertir tiempo para evitar que sigan ocurriendo.
Las instituciones financieras en América Latina, especialmente en México, enfrentan un desafío significativo debido al fraude. Según un estudio realizado por LexisNexis Risk Solutions, el costo de las transacciones fraudulentas es alarmantemente alto, superando con creces el valor nominal de lo perdido. Este artículo desglosa los costos y desafíos que enfrentan estas instituciones y analiza las implicaciones del creciente fraude en las transacciones digitales.
El Verdadero Costo del Fraude
En México, las instituciones financieras asumen costos que superan significativamente el valor de lo perdido en transacciones fraudulentas. De acuerdo con el estudio “El verdadero costo del fraude en América Latina”, el fraude ha aumentado un 54% del 2022 al 2023. Rafael Costa Abreu, director de fraude e identidad para América Latina en LexisNexis Risk Solutions, explica que el valor nominal de las transacciones fraudulentas tiene un costo promedio de 5.27 por cada peso perdido por fraude. Este costo es mucho mayor que el que asumen los comercios minoristas, que asciende a 3.24 veces el valor nominal de la transacción.
“A estos costos, se añaden los de investigación, procesos, tecnología y pagos a clientes que fueron defraudados y que son caros de realizar. Además, se toma tiempo del personal, se toma efectivo de inversiones en investigación y más efectivo para pagar los costos del fraude a las víctimas”, señaló Abreu.
Riesgos en Pagos Digitales
La rápida adopción de pagos digitales mejora las experiencias de pago, pero también expone numerosos sistemas y canales a ataques de fraude más innovadores. Aunque en México existen medios de pago como el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI), la penetración de los pagos digitales aún es baja en comparación con la región. Rafael Costa Abreu mencionó que la parte digital abre nuevas puertas a los defraudadores: “vemos que hoy en día tenemos una gran cantidad de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA), por ejemplo, que puede ayudar a las empresas a monitorear mejor”.
El reporte señaló que los canales digitales representan el 51% de las pérdidas totales por fraude, superando al fraude físico. Los ciberdelincuentes aprovechan el anonimato de las transacciones digitales transfronterizas para ejecutar fraudes rápidos y difíciles de rastrear. Además, el aumento de las estafas y el uso de IA amplía la capacidad de los ciberdelincuentes para explotar tanto a los consumidores como a las empresas.
La Necesidad de Nuevas Estrategias
Para mitigar estos riesgos, es crucial implementar estrategias más robustas. Abreu enfatizó que “no hay una única solución que va a ayudar con todos los problemas, se deben de crear procesos más fuertes, es necesario conocer bien los patrones del comportamiento de sus clientes y conocer cuáles son los patrones de los defraudadores”. Las instituciones financieras deben invertir en tecnología avanzada y capacitación para el personal, así como en procesos eficientes de detección y prevención de fraudes.
El fraude en las instituciones financieras en México representa un desafío complejo y costoso. Con pérdidas que exceden ampliamente el valor de las transacciones fraudulentas, es imperativo que estas instituciones adopten estrategias robustas para protegerse contra estos riesgos. La implementación de tecnologías avanzadas y la capacitación constante del personal son pasos esenciales para reducir el impacto del fraude. En última instancia, protegerse contra el fraude no solo preserva los recursos financieros, sino que también fortalece la confianza del cliente y la estabilidad del sistema financiero en general.