En un giro inesperado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha empeorado las previsiones de crecimiento de Argentina para este año, aumentando la estimación de caída del Producto Interno Bruto (PIB) del 2,8% proyectado en abril al 3,5%. Sin embargo, el FMI prevé un rebote significativo del 5% en 2025, posicionando a Argentina como la economía con mayor crecimiento en la región para ese año.
La actualización de julio del Informe de Perspectivas Globales del FMI destaca el éxito del ajuste fiscal y monetario implementado por el gobierno argentino, encabezado por Javier Milei, en su lucha contra la inflación. Estos esfuerzos han sido esenciales para reducir la inflación, que se espera disminuya del 211% registrado en 2023 a un 140% en diciembre de 2024. Las medidas adoptadas incluyen una política fiscal estricta y condiciones monetarias más duras, lo que ha tenido como consecuencia una recesión más profunda de lo anticipado por el FMI hace apenas tres meses.
El gobierno de Milei celebró recientemente la aprobación de la Ley Bases, una legislación destinada a reducir el tamaño del Estado y promover el sector privado. Esta ley es parte de una estrategia más amplia para desregular la economía y eliminar cientos de leyes y normativas que se consideran perjudiciales para el crecimiento económico. Federico Sturzenegger, ex director del Banco Central durante la administración de Mauricio Macri, ha sido designado para liderar un nuevo ministerio encargado de implementar estas reformas.
A pesar de estas medidas, el gobierno ha enfrentado desafíos significativos en la estabilización del mercado cambiario. En la última semana, el dólar en el mercado informal ha subido considerablemente, y el riesgo país, que mide el diferencial de la deuda argentina respecto a la de Estados Unidos, se ha disparado a 1.600 puntos, el valor más alto en cuatro meses.
En medio de estos desafíos, el FMI ha aprobado la octava revisión del programa financiero que mantiene con Argentina, liberando un envío de 800 millones de dólares. Estos fondos se utilizarán para pagar deudas al propio FMI. Además, el gobierno de Milei está en proceso de negociar un nuevo acuerdo con el FMI que permitiría el desembolso de unos 15.000 millones de dólares, monto que el ministro de Economía, Luis Caputo, considera necesario para aliviar las restricciones cambiarias vigentes.
El FMI se muestra optimista respecto a la economía argentina en 2025. Se espera que la recesión toque fondo este año y que el PIB rebote un 5% a medida que se recupere la confianza y aumenten los salarios reales. Hacia finales de 2024, se anticipa que el impacto de la contracción fiscal disminuirá y la economía nacional comenzará a recuperarse.
En contraste, la economía de Brasil, la más grande de América Latina, también ha visto una revisión a la baja en sus previsiones de crecimiento para 2024, pasando del 2% al 2,1%. Este ajuste se debe en gran medida al impacto a corto plazo de las inundaciones en el sur del país. Sin embargo, se espera que la economía brasileña crezca un 2,5% en 2025, impulsada por la reconstrucción post-inundaciones y factores estructurales favorables, como el aumento de la producción de hidrocarburos.
Mientras Argentina enfrenta un año desafiante con una recesión más profunda de lo esperado, las medidas adoptadas por el gobierno y el apoyo continuo del FMI proyectan una recuperación robusta en 2025. Al mismo tiempo, Brasil, aunque afectado por desastres naturales, muestra un panorama positivo a medio plazo gracias a sus sólidos fundamentos económicos.