Marzo ha traído consigo una continuación en la caída de la confianza del consumidor en Colombia, según los últimos datos revelados por Fedesarrollo. Con un descenso sostenido durante el último trimestre, la confianza se situó en un alarmante -13%, lo que señala un persistente pesimismo entre los consumidores colombianos.
Evolución Reciente de la Confianza
Persistente Desplome
La Encuesta de Opinión del Consumidor, realizada por el centro de estudios Fedesarrollo, ha mostrado una tendencia decreciente en los últimos meses, culminando en marzo con un balance negativo del -13%, el peor registro desde diciembre de 2023, cuando la confianza alcanzó un mínimo de -17.3%. Esta secuencia de retrocesos subraya una creciente inquietud sobre las perspectivas económicas del país.
Factores Determinantes
Según Fedesarrollo, la notable caída de 8.8 puntos en el Índice de Expectativas del Consumidor ha sido el principal impulsor de este declive, aunque se vio parcialmente compensado por un aumento de 4.1 puntos en el Índice de Condiciones Económicas. Sin embargo, estos ajustes no han sido suficientes para revertir la tendencia negativa general.
Panorama Diferenciado por Regiones y Clases
Variaciones Regionales
Aunque la confianza del consumidor disminuyó en la mayoría de las ciudades encuestadas, Cali se destacó como la excepción, donde la confianza mejoró de -1.2% a 3.3%, posicionándose como la única ciudad con una percepción positiva sobre la economía.
Impacto Socioeconómico
El análisis por niveles socioeconómicos reveló un deterioro más pronunciado entre la clase media, que experimentó una caída de 7.2 puntos, llevando su índice de -7.6% a -14.8%. Este contraste sugiere diferencias significativas en cómo los distintos estratos perciben y son afectados por el clima económico actual.
La sostenida caída en la confianza del consumidor en Colombia refleja una mezcla de incertidumbre y cautela entre los consumidores. Este ambiente de pesimismo, contrastado con puntos de luz como el leve repunte en la disposición a comprar bienes durables y la mejoría en Cali, presenta un panorama mixto que requiere atención cuidadosa de los formuladores de políticas y analistas económicos.