Un panorama cautelosamente optimista
En 2024, América Latina y el Caribe experimentarán un crecimiento económico del 2.1%, una leve mejoría frente al pronóstico anterior, que preveía un 1.9%. Este incremento, aunque moderado, marca una tendencia de lenta recuperación en un contexto global desafiante. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha destacado recientemente varios factores clave que influirán en este crecimiento, así como los desafíos y oportunidades que enfrentarán las economías de la región.
Desempeño por países: Luces y sombras
Brasil y México muestran signos de recuperación con un crecimiento proyectado del 2.3% y 2.5%, respectivamente. Estos países siguen siendo los pilares de estabilidad en la región. Por otro lado, Argentina enfrenta contratiempos significativos, con una proyección de retroceso del 3.1%. Otros países como Colombia, Chile y Perú esperan crecimientos más modestos, con tasas del 1.3%, 2.3% y 2.5%, respectivamente. En un giro más positivo, Venezuela anticipa un crecimiento del 4%, aunque este número viene de una base muy baja debido a años de recesión económica.
Desafíos y factores de riesgo: Navegando en aguas turbulentas
Según la CEPAL, “la región está enfrentando un escenario internacional complejo, caracterizado por un crecimiento de la actividad económica y el comercio global por debajo de sus promedios históricos”, lo cual, combinado con “tasas de interés que permanecen altas en los países desarrollados”, resulta en mayores costos de financiamiento para los países emergentes. Además, las crecientes tensiones geopolíticas y el riesgo de un alza en los precios de los productos básicos podrían retrasar los recortes de tasas de interés por parte de los bancos centrales, afectando la expansión económica global.
Estrategias para el crecimiento sostenido: Invertir en el futuro
Para contrarrestar estos desafíos, la CEPAL sugiere que es crucial invertir en áreas críticas como la productividad, infraestructura, telecomunicaciones, digitalización, investigación y desarrollo, además de mejorar significativamente los programas de salud y adaptar los sistemas educativos a las necesidades futuras.
Una visión hacia el futuro
El año 2024 será decisivo para América Latina y el Caribe. Mientras los países de la región enfrentan retos significativos, también surgen oportunidades para realizar inversiones estratégicas que puedan propiciar un crecimiento más robusto y sostenible. La adaptabilidad y la inversión inteligente serán cruciales para aprovechar al máximo las perspectivas de crecimiento moderado y preparar el terreno para un futuro más próspero.