En un movimiento audaz y controvertido, el recién inaugurado presidente de Argentina, Javier Milei, ha iniciado una ‘terapia de choque económico’ para abordar la crisis más severa que el país ha enfrentado en décadas. Con la promesa de una devaluación significativa del peso argentino frente al dólar estadounidense, el gobierno busca una reestructuración económica radical. El Ministro de Economía, Luis Caputo, ha anunciado recortes profundos en el gasto público, incluyendo subsidios y contratos gubernamentales, en un intento por evitar la hiperinflación y revitalizar la economía.
El propio Caputo, enfrentándose a lo que él llama “el peor legado económico en la historia de Argentina”, admitió en una dirección televisada: “Vamos a estar peor que antes durante unos meses, especialmente en términos de inflación. Y digo eso porque, como dice el presidente, es mejor decir una verdad incómoda que una mentira cómoda”. Mientras tanto, Kristalina Georgieva, jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo al que Argentina debe $44 mil millones, calificó las medidas de “audaces”, destacando su potencial para “crear el ambiente para el crecimiento del sector privado”.
Argentina enfrenta una inflación desbordada, con un aumento de precios de aproximadamente 150% en el último año, reservas de efectivo bajas, una deuda gubernamental alta y un 40% de su población viviendo bajo la línea de pobreza. La decisión de Milei de devaluar la moneda, de aproximadamente 391 a 800 pesos por dólar, rompe con la política anterior de mantener artificialmente fuerte al peso mediante estrictos controles de movimiento de moneda. Este cambio busca estabilizar la economía y reducir la demanda informal del dólar.
Con Milei en el poder, quien se destacó por su enfoque radical en la reducción del gasto gubernamental, incluyendo la eliminación de nueve ministerios y el 34% de los empleos en el sector público, Argentina se encuentra en un camino incierto. Aunque estas medidas pueden parecer extremas, son vistas como pasos necesarios hacia la estabilización económica y el potencial reconstruido del país. Sin embargo, queda por ver si la coalición de Milei, siendo solo el tercer bloque más grande en el Congreso del país, podrá implementar suficientes recortes de gastos importantes para fortalecer la economía sin sumirla en el caos.