Durante uno de los eventos astronómicos más esperados del año, la lluvia de meteoros conocida como las Líridas está dejando su huella en el cielo nocturno. Este fenómeno, originado por el paso del cometa Thatcher, ofrece un espectáculo luminoso visible desde diversos puntos del país, especialmente durante su momento de mayor intensidad.
La actividad de esta lluvia se concentra en un periodo determinado de abril, con una noche especialmente activa en la que se esperan hasta 18 meteoros por hora. Estas partículas, que se desplazan a velocidades impresionantes, producen destellos luminosos al entrar en contacto con la atmósfera terrestre, generando las conocidas estrellas fugaces.
Este fenómeno puede observarse con mayor claridad cuando las condiciones del cielo son óptimas, y este año, la fase menguante de la luna ofrece una ventaja adicional para quienes desean presenciar el evento desde espacios con poca contaminación lumínica.
El Origen Cósmico de Las Líridas
Las Líridas tienen su origen en el polvo que dejó el cometa C/1861 G1 Thatcher, un cuerpo celeste que orbita el Sol aproximadamente cada cuatro siglos. Cuando la Tierra atraviesa esta nube de partículas, los fragmentos ingresan a la atmósfera y, debido a la fricción con el aire, se calientan y se desintegran, dando lugar a los espectaculares trazos luminosos que cruzan el cielo.
En ocasiones, algunas de estas partículas logran adentrarse más profundamente en la atmósfera, convirtiéndose en bólidos, es decir, bolas de fuego que brillan intensamente por varios segundos. La mayoría de ellas se desintegran antes de alcanzar la superficie, pero en casos excepcionales pueden dejar fragmentos llamados meteoritos.
La constelación de Lyra, donde se encuentra la estrella Vega, actúa como punto de referencia en el cielo para seguir el origen visual de estos meteoros. Desde diversas regiones del hemisferio norte, esta constelación se puede apreciar a partir de las primeras horas de la noche, marcando el inicio de un espectáculo natural que se prolonga hasta la madrugada.
Un Evento Visible en Todo El País
El cielo de México se ha convertido en el escenario ideal para observar esta lluvia de meteoros. Las condiciones geográficas y atmosféricas permiten una visibilidad clara, especialmente en zonas alejadas de grandes ciudades. En algunos estados, como Colima, Michoacán y Jalisco, se han reportado avistamientos notables, incluyendo bólidos que iluminaron el firmamento durante varios segundos.
En el Valle de México, un bólido reciente fue tan brillante que incluso generó reportes de un leve movimiento sísmico posterior, aunque sin evidencias de impacto físico. Estos fenómenos, aunque espectaculares, no representan peligro para la población, ya que la mayoría de los cuerpos se desintegran antes de tocar el suelo.
Se recomienda a quienes deseen observar la lluvia de estrellas que lo hagan desde lugares oscuros, sin iluminación artificial, y con una vista despejada del cielo. Las horas cercanas a la medianoche suelen ser las más propicias para disfrutar del fenómeno en su punto más intenso.
Ciencia, Naturaleza Y Maravilla
La lluvia de meteoros de las Líridas no solo es un espectáculo visual, sino también un recordatorio de nuestra conexión con el cosmos. Cada partícula que atraviesa la atmósfera es el vestigio de un cometa que pasó hace siglos, una muestra tangible de los movimientos constantes del universo.
Este fenómeno, de intensidad moderada pero con momentos de gran actividad, nos brinda la oportunidad de reconectarnos con el cielo y con la ciencia detrás de cada destello. Para muchos, es también una invitación a mirar hacia arriba, a aprender y a maravillarse con los eventos celestes que siguen sorprendiendo generación tras generación.
En definitiva, las Líridas representan un puente entre lo cotidiano y lo cósmico, iluminando nuestras noches y recordándonos que, en medio del ajetreo diario, el universo sigue desplegando su belleza sobre nosotros.