Lento Repunte Tras Dos Meses En Rojo
Después de encadenar una contracción de 0.4% en marzo y un crecimiento nulo en abril, la actividad económica mexicana mostraría un avance de 0.1% mensual en mayo, según la lectura preliminar del Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) del Inegi.
Aunque la variación resulta modesta, rompe la racha de retrocesos y modera el temor de que el país entre en recesión técnica durante el segundo trimestre. En la comparación anual, la estimación sigue apuntando a una baja de 0.3%, reflejo de la debilidad acumulada. El dato confirma, además, que el impulso de febrero, cuando el IGAE avanzó 1%, fue pasajero y que la economía opera en un entorno frágil, condicionado por la menor demanda externa y episodios de volatilidad financiera.
Dónde Se Recupera y Dónde No
El informe desglosa dos grandes agregados. Tanto el sector secundario (industria, energía y minería) como el terciario (comercio y servicios) habrían crecido apenas 0.1% mensual en mayo, más por efecto rebote que por un cambio de ciclo.
Las manufacturas siguen resentidas por la desaceleración de EE. UU., y la minería mantiene una tendencia bajista ante la menor inversión en exploración. La construcción, en cambio, recibe impulso del gasto público destinado a obras estratégicas rumbo al Mundial 2026. Entre los servicios, el turismo repunta gracias al efecto Semana Santa y el transporte gana tracción por el auge del comercio electrónico; no obstante, ramas ligadas al consumo discrecional, como restaurantes y entretenimiento, operan aún por debajo de los niveles prepandemia.
Visión Oficial Frente a Pronósticos Externos
Pese a la atonía reciente, la Secretaría de Hacienda conserva un objetivo de crecimiento de 1.5%-2.3% para 2025, sustentado en la relocalización de inversiones (nearshoring) y la solidez del mercado laboral.
El optimismo oficial contrasta con el de los organismos internacionales: el Banco Mundial recortó su previsión a 0.2%, el IMEF la ubica en 0.1%, y el FMI proyecta apenas 0.3%.
La OCDE, en cambio, sorprendió al elevar su cálculo desde una contracción de 1.3% a un crecimiento de 0.4%, aunque advirtió que la expansión será débil y expuesta a riesgos derivados de la reforma al Poder Judicial y de posibles tensiones comerciales con Estados Unidos. La brecha entre la narrativa gubernamental y las proyecciones externas evidencia la incertidumbre que rodea a la segunda mayor economía latinoamericana.
Lo Que Vigilarán los Analistas
De cara al verano, los especialistas enfocarán su atención en tres frentes. Primero, la evolución del consumo interno: si la masa salarial real pierde impulso, el gasto de los hogares podría frenar la recuperación. Segundo, el desempeño de la producción industrial y de las exportaciones; una nueva contracción en alguno de estos indicadores bastaría para revertir la ganancia de mayo. Y tercero, la trayectoria del peso frente al dólar: una depreciación prolongada encarecería importaciones y presionaría la inflación, limitando el margen para que Banxico recorte tasas.
Despachos como Banco Base advierten que una caída de apenas 0.2% en junio pondría en riesgo el crecimiento trimestral y reavivaría el fantasma de la recesión técnica, mientras que firmas alineadas con la tesis del nearshoring confían en que la instalación de nuevas plantas automotrices y de semiconductores aporte un piso adicional en la segunda mitad del año, siempre que la política energética no disuada la inversión extranjera directa.