El presidente colombiano Gustavo Petro confirmó la activación de la “cláusula de escape” para dejar en pausa la regla fiscal que limita el déficit del Estado. La suspensión, formalizada por el ministro de Hacienda, Germán Ávila, abre espacio a una amplia reforma tributaria diseñada para el próximo gobierno y anuncia un agresivo plan de ajuste del gasto. Con esta jugada, el Ejecutivo busca oxígeno presupuestal sin comprometer sus programas sociales y de infraestructura, en un panorama de ingresos presionados y deuda creciente.
Contexto De La Pausa Fiscal
La regla fiscal colombiana, vigente desde 2011, había fijado un sendero descendente para el déficit; sin embargo, el Gobierno alega que el “sabotaje” legislativo a la anterior ley de financiamiento dejó un hueco imposible de cerrar sin medidas excepcionales. Petro recurrió así a la cláusula de escape contenida en la propia norma, pese al dictamen negativo, no vinculante, del Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF). El Ejecutivo defiende que la maniobra es temporal y que vendrá acompañada de un recorte de gasto público durante 2025, seguido por la amortización definitiva de la Línea de Crédito Flexible contratada con el Fondo Monetario Internacional.
La administración también afirma haber cubierto el déficit acumulado, cercano a 70 billones de pesos, del fondo de estabilización de precios de los combustibles, un pasivo que, según Petro, “fue lo peor que pudo ocurrirle al presupuesto nacional”. La expectativa oficial es que una eventual caída de las tasas reales de interés reactive la inversión en vivienda y grandes proyectos, revitalizando la economía “sobre la base de la producción y una redistribución social más justa”, en palabras del mandatario.
Ejes De La Reforma Tributaria
El proyecto que Ávila presentará al Congreso pretende recaudar entre 19.6 y 25.4 billones de pesos (≈ 4,500 – 5,800 millones de dólares) a partir de 2026. Entre los cambios contemplados destacan:
- Ajustes al impuesto al carbono, que incentivarán la transición energética.
- IVA selectivo para juegos de azar, plataformas digitales e incluso algunas actividades eclesiásticas, evitando un gravamen generalizado al consumo.
- Gravamen especial a carbón y petróleo, con tarifas graduales para no desincentivar la producción exportable.
Hacienda no descarta ampliar el alcance de la reforma si el análisis del gasto lo exige. La deuda neta del Gobierno central, proyectada en 63.8 % del PIB para 2026, seguirá dentro de los rangos previstos en el Marco Fiscal de Mediano Plazo de 2021, recalca la cartera.
Impacto Y Reacciones
El anuncio encontró resistencia en algunos sectores privados, que temen carga tributaria adicional y cuestionan que los ajustes se posterguen para el siguiente mandato. Grupos empresariales advierten que la combinación de mayor tributación y menor gasto podría ralentizar la economía si no se ejecuta con gradualidad. Por su parte, analistas de deuda celebran la intención de reencauzar el déficit y de adelantar pagos al FMI, aunque piden reglas claras sobre la duración de la suspensión fiscal.
En el Congreso, el bloque oficialista defiende que la reforma protege el gasto social y crea un camino sostenible para reducir el déficit cuando la economía se recupere. La oposición, en cambio, subraya que el Gobierno ignora el dictamen técnico del CARF y pone en riesgo la credibilidad financiera del país. El debate parlamentario, previsto para el segundo semestre, será decisivo para la estabilidad macroeconómica colombiana y la hoja de ruta del próximo gobierno.