En las calles de Seúl, especialmente durante la madrugada, es común encontrar tiendas abiertas sin un solo trabajador a la vista. Heladerías, papelerías, tiendas de mascotas e incluso bares operan de forma completamente automatizada. En lugar de empleados, hay terminales de pago automáticas, cámaras de seguridad y estanterías al alcance del cliente, quien toma lo que necesita y paga sin intervención humana.
Esta transformación responde a dos fenómenos paralelos: la creciente dificultad para contratar personal debido al alza constante del salario mínimo y la escasez de jóvenes dispuestos a realizar trabajos considerados difíciles o poco deseables. Kim Sung-rae, propietario de un bar sin empleados llamado Sool 24, asegura que su modelo de negocio ha aumentado las ganancias y reducido los costes operativos. “Antes necesitaba más de una docena de empleados. Hoy solo dos personas me ayudan, y puedo dedicarme a otros proyectos”, explicó.
El modelo también ha resultado atractivo para los consumidores más jóvenes, quienes prefieren comprar sin necesidad de interactuar. Algunos clientes valoran la privacidad, otros destacan la rapidez. Las tiendas automatizadas ofrecen una experiencia sin presiones, lo cual encaja con las nuevas costumbres de consumo.
La Crisis Demográfica Acelera el Cambio
Corea del Sur enfrenta una de las tasas de natalidad más bajas del mundo. En 2023, la tasa de fertilidad cayó a 0,72, muy por debajo del umbral de reemplazo de 2,1 hijos por mujer. Esta realidad se traduce en menos personas jóvenes ingresando al mercado laboral, lo que obliga a los negocios a buscar soluciones innovadoras para continuar operando.
El aumento del salario mínimo —actualmente cerca de 7 dólares por hora— ha hecho que mantener personal en tiendas pequeñas resulte inviable para muchos propietarios. Frente a esto, algunos optan por robots repartidores, cajas automáticas o cámaras con inteligencia artificial. Otros prefieren prescindir por completo del personal humano y confiar en la honestidad del consumidor.
La pandemia de COVID-19 también fue un catalizador importante. Con las restricciones de contacto físico, el modelo sin empleados ofrecía una forma segura de mantener las operaciones, al tiempo que se reducía el riesgo de contagio. Muchos propietarios que probaron este enfoque durante la crisis sanitaria decidieron mantenerlo después.
Cambios en la Cultura Laboral Juvenil
La nueva generación surcoreana ha mostrado escaso interés en los llamados “trabajos 3D” (sucios, peligrosos y degradantes), como el comercio minorista, la manufactura o la limpieza. Muchos jóvenes aspiran a empleos mejor remunerados, con más flexibilidad, o incluso a emprender sus propios proyectos.
Cho Jung-hun, miembro del partido gobernante y experto en educación, considera que se debe aceptar esta preferencia: “No debemos culpar a los jóvenes. Lo inteligente es redirigir la mano de obra hacia sectores de alto valor agregado”. Según el Instituto de Investigación Económica de Corea, en los próximos 20 años hasta un 43% de los empleos actuales podrían ser reemplazados por automatización.
Esta tendencia también ha llevado a las universidades y escuelas técnicas a rediseñar sus planes de estudio, enfocándose más en habilidades digitales, inteligencia artificial y análisis de datos. El país busca prepararse para una economía menos dependiente del trabajo físico y más centrada en la innovación.
Nuevas Oportunidades y Pocos Delitos
Kwon Min-jae, fundador de la empresa Brownie, ha encontrado en este cambio una oportunidad de negocio. Su compañía gestiona más de 100 tiendas sin personal, desde heladerías hasta lavanderías, garantizando su limpieza, mantenimiento y reabastecimiento. “Muchos dueños ya no quieren ocuparse del mantenimiento diario. Nosotros les proveemos un equipo para esas tareas”, afirma.
Uno de los factores clave del éxito de este modelo en Corea es la baja tasa de criminalidad. Kim, el dueño del bar Sool 24, señala que los hurtos son mínimos y que incluso hay clientes que llaman para pagar si olvidan hacerlo. “El costo de contratar seguridad sería mayor que lo que se pierde por robos menores”, comenta.
Además, las tecnologías de monitoreo como cámaras con reconocimiento facial y sensores de movimiento ayudan a disuadir conductas delictivas. La confianza en el cliente sigue siendo un pilar, pero se respalda con innovación.
A largo plazo, el avance tecnológico continuará desplazando empleos tradicionales. Se calcula que Corea necesitará casi 900.000 trabajadores adicionales para mantener su crecimiento económico. Mientras algunos sindicatos expresan preocupación por la pérdida de empleos, otros empresarios ven una oportunidad para reestructurar la economía hacia modelos más sostenibles y automatizados.