Una Forma Singular de Devoción Pública
En Tokio, los coloridos carteles que adornan estaciones como Shinjuku no solo anuncian productos comerciales. Algunos muestran mensajes de cumpleaños acompañados por rostros juveniles y perfectos, ídolos de bandas o estrellas del pop. Estos homenajes son financiados por fans como parte del fenómeno llamado oshikatsu, unión de los términos japoneses “oshi” (apoyo) y “katsu” (actividad). Lejos de ser solo una moda pasajera, el oshikatsu representa una forma de participación emocional activa, con fuerte impacto económico.
Este movimiento comenzó en redes sociales en 2016 y ganó terreno rápidamente. Para 2018 ya era un hashtag común, y en 2021 fue nominado como palabra del año en Japón. Hoy, es objeto de análisis económico, especialmente en tiempos donde la inflación y la incertidumbre han debilitado el consumo. El gobierno japonés ve en estas prácticas una chispa para revitalizar el gasto doméstico, gracias al creciente apoyo que estos seguidores brindan a sus ídolos a través de la compra de productos, asistencia a eventos, y creación de contenido.
Un Fenómeno Multigeneracional
Aunque a menudo se asocia con jóvenes, el oshikatsu trasciende generaciones. Una encuesta de 2024 de la firma Harumeku reveló que el 46% de las mujeres en sus 50 apoya económicamente a un ídolo. Al tener mayor estabilidad financiera y menos responsabilidades familiares, muchas mujeres mayores se convierten en mecenas activas de jóvenes artistas. Esta inversión emocional rompe con los roles tradicionales: ellas se convierten en proveedoras de apoyo para hombres jóvenes, desafiando el modelo familiar clásico japonés.
Según la agencia CDG y la firma Oshicoco, los fans gastan en promedio 250.000 yenes al año (unos 1.736 dólares) en actividades relacionadas con sus oshis. Este gasto totaliza un estimado de 3,5 billones de yenes anuales (alrededor de 24.500 millones de dólares), lo que representa más del 2% de las ventas minoristas del país.
Transformaciones Sociales más Allá del Consumo
Más allá del dinero, el oshikatsu refleja una búsqueda profunda de conexión. En un contexto donde muchos jóvenes sienten que las relaciones personales son demasiado complejas o inalcanzables, apoyar a un oshi se vuelve una forma segura de vincularse emocionalmente. Una investigación de 2022 demostró que estas actividades están ligadas a necesidades de validación y pertenencia.
A su vez, el oshikatsu da lugar a nuevas formas de comunidad. Las personas se organizan, colaboran y forman lazos mientras celebran juntos a sus ídolos favoritos. En un país donde la soledad afecta a miles de personas, este tipo de interacción se convierte en una alternativa emocional válida.
El Ocio como Valor Económico Emergente
La economía japonesa enfrenta desafíos estructurales desde hace años. Pero el oshikatsu abre una ventana a una economía impulsada por la emoción y el ocio. Incluso si no logra generar el crecimiento esperado por el gobierno, ya ha dejado su huella en el sector terciario. Servicios como alquilar compañía por horas, citas simbólicas o experiencias emocionales sin compromiso muestran cómo lo intangible también se comercializa.
Aunque el riesgo de que el oshikatsu pierda su autenticidad si se institucionaliza existe, su expansión demuestra que los consumidores japoneses están dispuestos a gastar cuando sienten una conexión emocional genuina. Cómo influirá esto en el futuro económico y social del país, aún está por descubrirse.