Natalia Lafourcade da inicio a una nueva etapa en su carrera musical con el lanzamiento de Cancionera, su más reciente álbum de estudio. Este trabajo marca un punto de inflexión en su trayectoria, no solo por su contenido musical, sino también por el contexto personal en el que se da: una etapa de reflexión profunda, madurez emocional y búsqueda artística renovada.
El álbum será acompañado por una ambiciosa gira de más de 45 conciertos, que comienza en su estado actual de residencia, Veracruz, y llegará a importantes recintos como el Teatro Metropólitan en la Ciudad de México. Este tour, más allá de una presentación en vivo, se concibe como una experiencia escénica que mezcla música, narrativa e inspiración teatral, donde Lafourcade no solo interpreta, sino que construye un universo sensorial completo alrededor de sus canciones.
La Esencia De “Cancionera”
Cancionera reúne 14 composiciones que entrelazan tradición mexicana, intimidad y elementos de fantasía. El disco nació de una etapa de introspección iniciada durante la pandemia, cuando surgieron las primeras piezas musicales sin letra, creadas en su hogar en Veracruz. Estas piezas fueron el punto de partida para una narrativa sonora que evoca cuentos, paisajes nocturnos y recuerdos de épocas pasadas, como el Acapulco de antaño.
Este álbum también representa un homenaje a la figura de la “cancionera”, la mujer que canta historias del alma. Lafourcade se inspiró en grandes leyendas de la música como Chavela Vargas, Mercedes Sosa, Edith Piaf o Billie Holiday. Su nuevo disco no solo recoge estas influencias, sino que las adapta a su propio lenguaje, combinando guitarras íntimas con pasajes instrumentales y estructuras narrativas que desafían los moldes tradicionales del pop latinoamericano.
La conexión con la cultura mexicana está presente en cada rincón del proyecto: desde los ritmos y sonidos hasta el lenguaje y los dobles sentidos en las letras. El amor por México, sus símbolos y su esencia popular se manifiestan en una obra que pretende ser tanto local como universal.
Una Gira Como Obra Escénica
La gira Cancionera comenzó como una idea sencilla: voz y guitarra en estado puro. Sin embargo, la propuesta evolucionó hacia una experiencia más teatral, con una puesta en escena que busca dialogar con el público como si fuera parte del espectáculo. Esta gira se ha concebido como un homenaje a la canción latinoamericana y mundial, pero también como un ejercicio de transformación personal.
La artista plantea su regreso a los escenarios como una “reconfiguración” de su propia identidad, donde lo escénico, lo emocional y lo simbólico se unen. Con una estética sencilla pero cargada de significado, cada concierto propone un viaje emocional por las canciones del álbum, con referencias visuales, movimiento y momentos de conexión con la audiencia.
El público, según Lafourcade, será parte integral de este espectáculo: no solo como oyente, sino como parte activa de la energía que se genera en cada función. La gira, entonces, no es solo una presentación musical, sino un acto vivo de memoria, pertenencia e imaginación.
Una Artista En Evolución Constante
Más allá de lo musical, Cancionera también impulsó a Lafourcade a explorar otros lenguajes creativos como la pintura y la danza. Esta etapa representa para ella un ejercicio de desbloqueo emocional, de descubrimiento personal a través del arte. Aunque se considera autodidacta y sin formación en estas disciplinas, se permitió experimentar con libertad, dando espacio a una creatividad más espontánea y liberadora.
A nivel personal, este proyecto refleja un momento de madurez y redefinición. A sus más de cuarenta años, la cantante ha comenzado a reevaluar su vida, sus prioridades y su uso del tiempo. Esta etapa se caracteriza por una mayor conciencia de sí misma, del valor de las relaciones y de la necesidad de elegir con claridad lo que desea vivir.
El tema Mascaritas de cristal ejemplifica esta confrontación interna, donde la transformación se presenta como un proceso inevitable y enriquecedor. La artista ha adoptado la idea de que en la vida se puede cambiar de piel, quitarse y ponerse máscaras, sin dejar de ser auténtica.
En conjunto, Cancionera es más que un disco. Es una declaración de principios, una celebración de la identidad mexicana y una invitación a habitar los mundos interiores. Lafourcade, fiel a su esencia, sigue reinventándose, buscando siempre nuevas formas de contar historias que nacen desde el corazón.