Miles de libaneses desplazados por meses de intenso conflicto entre Israel y Hezbolá comenzaron a regresar a sus hogares el miércoles, tras la entrada en vigor de un alto al fuego. A pesar de las advertencias de las fuerzas libanesas e israelíes de evitar ciertas áreas, muchas familias regresaron en vehículos llenos de pertenencias, ansiosas por recuperar sus vidas después de soportar enormes dificultades.
Una Tregua Para Poner Fin a 14 Meses de Conflicto
El alto al fuego, mediado por Estados Unidos y Francia, ofrece una pausa temporal a 14 meses de conflicto que escalaron a una guerra total en septiembre. El acuerdo establece una tregua de dos meses, exige el retiro de Hezbolá del sur del Líbano y el regreso de las tropas israelíes a su lado de la frontera.
Para garantizar su cumplimiento, se desplegarán tropas libanesas, fuerzas de paz de la ONU y un panel internacional liderado por EE.UU. Sin embargo, la presencia activa de Hezbolá cerca de la frontera genera inquietud entre los israelíes, quienes temen posibles violaciones del acuerdo.
Desafíos Para Las Comunidades Desplazadas
El alto al fuego ha permitido el regreso de más de 1,2 millones de libaneses y decenas de miles de israelíes desplazados. Sin embargo, quienes regresan enfrentan una destrucción generalizada, con aldeas en el sur del Líbano arrasadas por ataques aéreos israelíes. Además, se han descubierto arsenales de armas, destacando la importancia estratégica de la región.
A pesar de los daños, los libaneses están decididos a reconstruir. Muchas áreas permanecen inseguras, y el ejército libanés recomienda evitar zonas en primera línea hasta que las tropas israelíes, aún presentes en el sur, comiencen su retirada gradual según los términos del acuerdo.
Perspectivas Israelíes y Libanesas Sobre el Alto al Fuego
Aunque el alto al fuego ha traído esperanza para poner fin a la violencia, las reacciones en ambos lados resaltan las tensiones persistentes. En el Líbano, algunos ven el alto al fuego como una oportunidad para recuperarse, mientras que otros critican a Hezbolá por arrastrar al país a un conflicto destructivo. Muchos libaneses culpan al grupo militante por alinearse con la agenda de Irán a expensas de la estabilidad del Líbano.
En Israel, el ánimo es cauteloso. Muchos ciudadanos cerca de la frontera siguen preocupados por la presencia continua de Hezbolá y la seguridad de regresar a sus hogares. Los extensos daños en ciudades como Kiryat Shmona, que fue gravemente afectada por ataques con cohetes, subrayan la dificultad de retomar la vida normal. La falta de avances para resolver la situación de los rehenes en Gaza agrava la inquietud.
Un Camino Frágil Hacia Adelante
El alto al fuego representa un paso frágil hacia la estabilidad, pero persisten desafíos significativos. Los funcionarios militares israelíes enfatizan su derecho a atacar a Hezbolá si el grupo viola el acuerdo, mientras que la violencia esporádica continúa amenazando la tregua. En un incidente reciente, periodistas que cubrían el regreso de desplazados al sur del Líbano resultaron heridos cerca de la frontera, aunque las fuerzas israelíes negaron haber dirigido el ataque hacia los medios.
Por ahora, el alto al fuego ha brindado un respiro a las comunidades agotadas por la guerra. Sin embargo, con los esfuerzos de reconstrucción en marcha en el Líbano y las hostilidades en curso en Gaza, la estabilidad de la región sigue siendo incierta. Ambos lados enfrentan la ardua tarea de navegar una paz precaria mientras lidian con los impactos a largo plazo de un conflicto que ha marcado las vidas de innumerables civiles.