México está inmerso en un acalorado debate sobre una reforma judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su partido MORENA. La reforma, que ya ha sido aprobada por la cámara baja del Congreso y que probablemente será ratificada por el Senado, sometería a jueces, incluidos los ministros de la Suprema Corte, a elecciones populares. Esta propuesta ha desatado protestas, huelgas y preocupaciones generalizadas tanto a nivel nacional como internacional.
Un Cambio Radical en el Poder Judicial de México
El gobierno de AMLO enmarca la reforma como un paso necesario para combatir la corrupción y hacer que el poder judicial sea más responsable ante el público. Sin embargo, los críticos argumentan que debilitará la independencia de los tribunales, socavando la democracia y sacudiendo la confianza de los inversionistas. Estas preocupaciones surgen en un momento crucial, ya que México se posiciona como un jugador clave en el comercio global, particularmente bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
El poder judicial de México ha sido visto durante mucho tiempo como una de sus instituciones más débiles, enfrentando ineficiencia, falta de financiamiento y corrupción. A lo largo del siglo XX, bajo el gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el poder judicial a menudo actuaba como una extensión del poder ejecutivo. Aunque se han implementado reformas para fortalecer su independencia, la propuesta de López Obrador amenaza con deshacer estos avances.
Actualmente, los jueces son nombrados en función de su mérito, calificaciones y resultados en exámenes, lo que garantiza imparcialidad en la interpretación de la ley. El cambio propuesto hacia elecciones populares corre el riesgo de politizar el poder judicial, ya que los jueces podrían priorizar la opinión pública o sus afiliaciones políticas sobre el Estado de Derecho. Este cambio podría comprometer el rol del poder judicial como un control esencial sobre el poder ejecutivo y legislativo, especialmente en un país con antecedentes de autoritarismo.
Impacto en la Democracia y la Economía
La reforma judicial podría tener profundas consecuencias para el marco democrático de México. Las democracias dependen de la separación de poderes, con un sistema de contrapesos entre las ramas del gobierno. Con MORENA controlando mayorías en el Congreso, elegir jueces afines al partido en el poder podría otorgarles control sobre todas las ramas del gobierno.
Elegir jueces también abre la puerta a la corrupción. Los candidatos judiciales necesitarían financiar campañas, lo que los haría susceptibles a la influencia de donantes adinerados y grupos de interés. Este cambio podría llevar a decisiones que favorezcan a las élites o a organizaciones criminales, erosionando la confianza pública en el sistema legal.
La reforma ya está afectando la economía de México. Tras las elecciones de junio de 2024, en las que MORENA ganó mayor control, el peso mexicano cayó más del 10%, reflejando la inquietud de los inversionistas. Las empresas dependen de un sistema legal estable para proteger contratos, hacer cumplir las leyes y salvaguardar la propiedad intelectual. Introducir la influencia electoral en el poder judicial podría provocar fallos inconsistentes, desalentando la inversión extranjera y ralentizando el crecimiento económico.
Esto ocurre en un momento particularmente desafiante para México, que ha cosechado beneficios del fenómeno de nearshoring, mientras las empresas globales reubican sus cadenas de suministro más cerca de casa. La incertidumbre en torno al sistema judicial amenaza con socavar estos logros económicos.
Repercusiones Diplomáticas y Domésticas
A nivel internacional, la reforma propuesta ha generado alarmas, especialmente entre los principales socios comerciales de México, Estados Unidos y Canadá. Ambos países dependen de un poder judicial mexicano imparcial para garantizar un comercio justo bajo el T-MEC. Comprometer la independencia judicial pone en riesgo la complejidad del comercio e inversión transfronteriza, lo que podría tensar las relaciones diplomáticas y dañar las asociaciones económicas de México.
A nivel nacional, la reforma ha desatado protestas sin precedentes, con huelgas de jueces federales, magistrados e incluso ministros de la Suprema Corte. Académicos legales, defensores de los derechos humanos y estudiantes se han unido en oposición, advirtiendo que la reforma podría socavar el Estado de Derecho. Los críticos argumentan que el impulso de MORENA por esta reforma, a pesar de las protestas generalizadas, demuestra una falta de respeto por las voces de los mexicanos comunes.
Mientras la presidenta electa Claudia Sheinbaum se prepara para asumir el cargo, su apoyo a la reforma señala una continuidad con la agenda de López Obrador. Con el control de MORENA sobre el Congreso y la próxima presidencia de Sheinbaum, crece la preocupación por el dominio del partido sobre todas las ramas del gobierno durante otros seis años.
El Futuro de la Democracia y la Estabilidad de México
La reforma judicial propuesta en México podría tener implicaciones duraderas. Mientras el gobierno de López Obrador afirma que combatirá la corrupción y aumentará la responsabilidad, los críticos sostienen que debilitará la independencia judicial, dañará la democracia y desestabilizará la economía. El resultado de esta reforma moldeará el futuro de México, no solo dentro de sus fronteras, sino también en sus relaciones con socios globales.