En el contexto de la creciente violencia política en México, la Secretaría de Seguridad Pública Ciudadana, dirigida por Rosa Icela Rodríguez, ha tomado medidas significativas para asegurar la protección de los candidatos a puestos de elección popular. De acuerdo con las estadísticas recientes proporcionadas por Rodríguez, se han atendido 273 solicitudes de protección, de las cuales 250 candidatos ya cuentan con las medidas de seguridad necesarias. Esto refleja un esfuerzo coordinado para garantizar que las elecciones se desarrollen en un ambiente de paz y seguridad.
“En la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana también instalamos una mesa que opera 24 horas al día para vigilar y dar seguimiento a esta estrategia”, explica Rodríguez. Esta iniciativa se complementa con la instalación de mesas de construcción de paz y seguridad en todos los estados, lo que permite una respuesta rápida y eficaz ante cualquier incidente. La funcionaria reitera el compromiso del gobierno: “En las autoridades de los tres niveles de gobierno continuamos en la atención de sus requerimientos de seguridad para hacer efectivo el derecho a la población de elegir libremente a sus autoridades en un ambiente de paz y tranquilidad”.
Sin embargo, la realidad subyacente es alarmante. A pesar de los esfuerzos por proteger a los participantes políticos, la plataforma Data Cívica reporta un total de 24 asesinatos de personas vinculadas a la política hasta el 10 de abril, superando las cifras oficiales del gobierno. Este desfase destaca la grave situación de seguridad que aún enfrentan quienes aspiran a servir en cargos públicos.
Reforzando la Seguridad, Asegurando la Democracia
El enfoque integral adoptado por la Secretaría de Seguridad Pública Ciudadana es un paso crucial hacia la protección de los derechos democráticos de los ciudadanos. Sin embargo, los desafíos persisten y requieren una vigilancia constante y una adaptación continua de las estrategias de seguridad. La comunidad internacional y los organismos nacionales deben permanecer alerta y cooperar estrechamente para asegurar que la democracia no solo se preserve, sino que también prospere en un entorno libre de violencia.