Google está preparando el terreno para un importante avance en la conectividad digital global con el anuncio de su plan para tender un cable submarino, el cable Humboldt, entre Chile y Australia. Este proyecto no solo conectará directamente Sudamérica con Oceanía y la Polinesia Francesa, sino que también promete ser un pilar fundamental para el desarrollo económico y tecnológico en la región del Pacífico Sur. Según el gigante tecnológico, esta iniciativa es parte de un esfuerzo más amplio para mejorar la infraestructura digital en áreas clave alrededor del mundo.
El cable Humboldt se perfila como un puente crucial para la expansión de la conectividad y el crecimiento económico, materializando una ambición que el gobierno chileno ha perseguido desde 2016. Esta conexión de fibra óptica no solo fortalecerá la infraestructura de red en Chile y sus vecinos, sino que también facilitará numerosos desarrollos en el sector tecnológico. “Humboldt se unirá a otros proyectos de infraestructura, incluido el centro de datos de Google en Quilicura para impulsar los servicios de Google, la región de Google Cloud en Santiago que brinda soporte a clientes en toda América Latina, la conectividad terrestre a través de los Andes entre Chile y Argentina, y el cable submarino Curie que une Chile, Panamá y la costa oeste de los Estados Unidos”, explicó Brian Quigley, vicepresidente de infraestructura de red global de Google Cloud.
Además de su impacto tecnológico y económico, el nombre del cable lleva un homenaje cultural e histórico, ya que se llama así en honor a Alexander von Humboldt, un reconocido explorador del siglo XIX. Esta elección, decidida por votación en redes sociales entre los residentes de Chile, refleja un enfoque inclusivo y participativo en la implementación de proyectos de infraestructura a gran escala.
La importancia de proyectos como el cable Humboldt no puede subestimarse. A medida que las economías globales se vuelven cada vez más interconectadas, la necesidad de infraestructura robusta es imperativa. Este cable no solo simboliza un puente físico entre continentes, sino también un paso adelante hacia una mayor colaboración y entendimiento mutuo a nivel global.