En una demostración de solidaridad contra lo que perciben como la agresión militar china, Estados Unidos, Japón y Corea del Sur llevaron a cabo recientemente ejercicios militares conjuntos en el disputado Mar de China Oriental. Los ejercicios, dirigidos por un grupo de ataque de portaaviones de EE. UU. encabezado por el USS Theodore Roosevelt, tenían como objetivo mejorar la cooperación y la preparación entre las tres naciones.
Los ejercicios de dos días incluyeron una variedad de actividades, como ejercicios de guerra submarina, operaciones de interdicción marítima y simulacros de búsqueda y rescate. Las naciones participantes también se centraron en mejorar las capacidades de comunicación e intercambio de datos para estar mejor preparados para posibles crisis en la región.
Los ejercicios vieron el despliegue de aviones de combate F/A-18E Super Hornet y helicópteros antisubmarinos MH-60R Seahawk desde la cubierta de vuelo del USS Theodore Roosevelt. Los ejercicios fueron observados por periodistas que fueron transportados al área desde la Base Aérea de Kadena en Japón, destacando la importancia estratégica de la región.
Mientras se llevaban a cabo las maniobras militares, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mantuvo conversaciones con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, y el presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., en la Casa Blanca. Las reuniones subrayaron la importancia de la cooperación en seguridad entre los tres aliados frente a la creciente asertividad de China en la región.
Por otro lado, China expresó su insatisfacción con las acciones de Japón durante la visita del primer ministro Kishida a Estados Unidos, acusando a Japón y a Estados Unidos de socavar la paz y la estabilidad regionales. Pekín defendió sus actividades en el Mar de China Meridional, clasificándolas como justificadas y legales, y criticó a Estados Unidos por su presencia militar en la región.
Los ejercicios conjuntos también señalaron una mejora en las relaciones entre Japón y Corea del Sur, dos naciones con una historia de relaciones tensas debido a la colonización de la Península de Corea por parte de Japón. A pesar de los recientes cambios políticos en Corea del Sur, los expertos creen que los lazos entre los dos países seguirán siendo estables, ya que ambas naciones reconocen la necesidad de cooperar frente a amenazas comunes.
Además de contrarrestar la agresión china, los ejercicios se centraron en mejorar las capacidades de respuesta conjunta de las tres naciones contra las amenazas nucleares y de misiles de Corea del Norte. Las marinas llevaron a cabo ejercicios antisubmarinos para prepararse contra posibles amenazas de submarinos de Corea del Norte y practicaron la interdicción marítima para bloquear transferencias ilegales de armas por parte del Norte.
Los ejercicios forman parte de los esfuerzos del presidente Biden para profundizar el compromiso de seguridad y diplomático con las naciones del Indo-Pacífico. Biden ha reafirmado el compromiso de Estados Unidos con sus aliados del Pacífico, enfatizando el compromiso de defensa “inquebrantable” con la región.
El Mar de China Meridional, donde las tensiones han aumentado entre China y Filipinas, sigue siendo un área de preocupación clave. China ha sido acusada de enfrentamientos repetidos con las embarcaciones de la guardia costera de Filipinas en la región. Estados Unidos, Japón, Australia y Filipinas recientemente llevaron a cabo ejercicios de cuatro vías en el Mar de China Meridional para salvaguardar la paz y la estabilidad en el Indo-Pacífico.
El Mar de China Meridional sirve como una vía marítima crucial para el comercio global, con varias naciones del sudeste asiático, incluidas Vietnam, Malasia, Indonesia, Brunei y Taiwán, expresando preocupaciones por disputas territoriales en la región. A pesar de las afirmaciones de China de que sus actividades son legales, las tensiones en la región continúan, destacando las complejas dinámicas geopolíticas en juego en el Indo-Pacífico.