En un período marcado por retos económicos y de salud pública, México ha experimentado un notable aumento en su gasto público, elevándose 7 puntos del PIB entre 2019 y 2022. Este crecimiento no solo subraya la respuesta del país ante circunstancias globales adversas, sino que también lo posiciona entre los diez más altos de América Latina en términos de gasto público. Este fenómeno contrasta significativamente con la tendencia observada en la media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde el gasto promedio alcanza el 43.3% del PIB, en comparación con el 32% que ejerce México.
La administración encabezada por Andrés Manuel López Obrador ha incrementado el gasto en áreas clave como la asistencia sanitaria, programas de bienestar social, y apoyo a empresas y particulares afectados por la pandemia, a pesar de los estímulos fiscales considerados modestos en comparación con otros países. La OCDE destaca este aumento como un reflejo de la responsabilidad gubernamental en proporcionar servicios públicos esenciales y beneficios a través de la redistribución de ingresos.
Sin embargo, el informe también señala áreas de mejora, especialmente en políticas de Datos Abiertos Gubernamentales (DAG), donde México, junto con otros países latinoamericanos, muestra un rendimiento inferior al promedio de la OCDE. Brasil, Colombia y Perú lideran la región en este aspecto, demostrando políticas de datos abiertos más maduras y efectivas.
Este análisis refleja un punto de inflexión para México y la región, indicando un camino hacia una mayor transparencia y eficiencia gubernamental. La evolución del gasto público en México no solo es un testimonio de su respuesta a los desafíos contemporáneos, sino también un indicativo de las áreas de oportunidad para mejorar la gestión de recursos y la prestación de servicios públicos.
El incremento del gasto público en México es una historia de adaptación y prioridades, marcando el país como un caso de estudio significativo en la región. Mientras se reconoce el esfuerzo en la expansión de los servicios esenciales, el camino hacia una mayor eficiencia y transparencia, especialmente en el ámbito de los datos abiertos, representa un desafío continuo pero esencial para el futuro.