Un devastador ataque con drones en Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, ha dejado cuatro personas muertas y varias heridas mientras las tensiones entre Ucrania y Rusia continúan aumentando. El asalto, que tuvo como objetivo edificios de apartamentos y una central eléctrica, subraya la intensificación del conflicto en la región.
El ataque, llevado a cabo por las fuerzas rusas, involucró a drones Shahed que golpearon dos edificios de apartamentos en Kharkiv y apuntaron a la red eléctrica de la ciudad. Kharkiv, situada cerca de la frontera con Rusia, ha sido un objetivo frecuente durante los más de dos años de conflicto entre las dos naciones.
La escalada de bombardeos aéreos en áreas civiles por parte de las fuerzas del Kremlin sugiere un cambio estratégico en el enfoque de Rusia hacia el conflicto en curso. Las autoridades ucranianas han expresado su preocupación por la posibilidad de una ofensiva rusa a gran escala en los próximos meses, con incidentes recientes que indican acciones de reconocimiento por parte de las tropas rusas a lo largo de la línea del frente.
Las imágenes de video del lugar muestran el impactante resultado del ataque, con bomberos luchando contra edificios en llamas en medio del caos causado por los drones. Tres socorristas perdieron la vida en el asalto, mientras que otros seis resultaron heridos. Además, una mujer de 69 años murió cuando un dron golpeó otro edificio residencial.
Las autoridades ucranianas han acusado previamente a Rusia de emplear una táctica conocida como “doble golpe”, dirigida a los trabajadores de rescate al golpear áreas residenciales con misiles consecutivos. Esta táctica, reminiscente de estrategias utilizadas en la guerra civil de Siria, ha levantado alarmas internacionales sobre el aumento de las víctimas civiles en el conflicto.
El Instituto para el Estudio de la Guerra ha sugerido que los ataques intensificados de Rusia a áreas civiles y a la infraestructura energética pueden tener como objetivo desviar los sistemas de defensa aérea ucranianos lejos del frente. Esta maniobra estratégica podría proporcionar una mayor cobertura aérea para las operaciones terrestres rusas, complicando aún más los esfuerzos defensivos de Ucrania.
En medio de las tensiones crecientes, Estados Unidos ha señalado el significativo aumento militar de Rusia, respaldado en parte por China. Esta refuerzo ha llevado a las fuerzas rusas a alcanzar casi su capacidad máxima, según altos funcionarios estadounidenses.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy ha condenado el ataque a Kharkiv, calificándolo de acto “despreciable y cínico”. Ha renovado su solicitud de mayor apoyo, especialmente en forma de sistemas de defensa aérea, por parte de los aliados occidentales.
La Organización Mundial de la Salud ha destacado el alto riesgo que enfrentan los trabajadores de ambulancias y transporte sanitario en zonas de conflicto como Ucrania, donde los ataques contra los socorristas se han vuelto cada vez más comunes.
A pesar de los desafíos, los soldados ucranianos lograron interceptar y derribar un número significativo de drones lanzados por las fuerzas rusas durante el reciente ataque. Sin embargo, los daños a la infraestructura energética en las regiones de Kharkiv y Dnipropetrovsk han exacerbado aún más la crisis humanitaria, dejando a miles sin electricidad.
Mientras Ucrania lidia con las secuelas de otro devastador ataque, los llamamientos a la rendición de cuentas y la justicia contra los actos de terror de Rusia continúan resonando tanto a nivel nacional como internacional.